La construcción de los submarinos correrá a
cargo de los astilleros estatales Sevmash y de la compañía estatal de
tecnología marítima Rubín.
Los detalles del contrato fueron
ultimados la pasada semana por el presidente ruso, Vladímir Putin; el
ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov, y la dirección de la CAU.
Esos cinco sumergibles pertenecen al proyecto 955, código Borey, en
virtud del cual Rusia planea construir ocho submarinos de esa clase para
finales de esta década.
Los dos primeros submarinos atómicos
de esa clase están a punto de entrar en servicio en la Armada, según
informó recientemente Alexandr Sujorúkov, viceministro de Defensa.
"En lo que se refiere al (submarino) 'Yuri Dolgoruki', entrará en
servicio antes del 15 de junio. El 'Alexandr Nevski' lo hará en agosto",
dijo.
Todos esos submarinos portarán misiles
intercontinentales Bulavá, el orgullo del arsenal nuclear ruso, ya que
llevan hasta diez ojivas de guiado autónomo, tienen 8.000 kilómetros de
alcance y, según Moscú, pueden burlar cualquier escudo antimisiles,
incluido el estadounidense.
Según la prensa, Rusia ha dedicado
durante los últimos años el 40 por ciento de su presupuesto al proyecto
Borey y a la fabricación de los Bulavá, que han sufrido numerosos
fracasos en sus lanzamientos de prueba debido a fallos en la elección de
los materiales de construcción.
El misil R30 3M30 Bulavá-30
(SS-NX-30, según la clasificación de la OTAN, y RSM-56 en los tratados
internacionales) es una versión naval del misil balístico
intercontinental con emplazamiento en tierra, Tópol.
Rusia
confía en que los Tópol y los Bulavá le permitan mantener la paridad
nuclear con EEUU por lo menos durante el próximo medio siglo.
Los submarinos nucleares, la aviación estratégica y los misiles
intercontinentales conforman la tríada nuclear rusa en el programa de
rearme ruso.EFE
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