Foto de la superficie de Marte tomada a escasos 25 cm del suelo, de ahí que el terreno parezca tan tortuoso. Fuente: NASA
Si el Renacimiento se caracterizó por la gran creación de nuevos escenarios científicos, técnicos y sociales, podemos decir que la época actual es otro Renacimiento.
Como una muestra, tenemos que los nuevos entornos determinados por las actuales y las próximas misiones a Marte sugieren que viviremos momentos extraordinarios asociados a los descubrimientos que potencialmente cabe esperar.
El rover Curiosity aterrizó con éxito en Marte el pasado mes de agosto y ha comenzado la singladura de sus observaciones de las que cabe esperar grandes descubrimientos.
En el futuro inmediato, hasta 2018, habrá cuatro misiones: dos de la NASA, de menor escala que Curisosity, y otras dos lideradas por Rusia en colaboración con la ESA (Agencia Espacial Europea).
Las dos misiones de la NASA son MAVEN (Mars Atmosphere & Volatile EvolutioN) que será lanzada en 2013 e InSIght (Interior Exploration Investigation using Seismic Investigations, Geodesy and Heat Transport) cuyo lanzamiento está previsto en 2015.
La primera realizará estudios sobre la atmósfera de Marte, mientras que la segunda misión será la primera que haga estudios sismológicos además de tratar de obtener información valiosa sobre el interior del planeta.
Por su parte, en el contexto del proyecto ExoMars tenemos dos misiones a Marte lideradas por Rusia con la colaboración de la ESA que serán lanzadas en 2016 y 2018, respectivamente.
En ambos casos Roskosmos aportará los lanzadores. Además, también habrá un modulo orbital con diferentes instrumentos de observación y análisis.
En 2016, un módulo de aterrizaje de demostración llevará una carga útil para estudios científicos en la superficie marciana.
Por otra parte, la misión de 2018 llevará un rover con equipos relevantes para el estudio de la composición de las rocas de la superficie. Uno de dichos instrumentos es el equipo español de espectroscopia Raman.
Muy recientemente, durante la reunión anual de la Unión Geofísica Americana, la NASA ha anunciado que enviará un nuevo robot en 2020.
Esta decisión ha sido tomada tras el éxito de Curiosity, por lo que la estructura de este será la base para el nuevo vehículo no tripulado así como su sistema de aterrizaje.
Finalmente, hemos de destacar la nueva fantástica misión Rusa: Phobos Grunt que está incluida en el Plan Federal de Espacio para el periodo 2016-2025.
El anuncio fue realizado por el director de Roskosmos, Vladímir Popovkin, con motivo de la inauguración del “Tercer Simposio de Moscú sobre el Sistema Solar” () celebrado del 8 al 12 de octubre pasado en el Instituto de Investigación Espacial (IKI).
Dicha misión tiene como objetivo traer muestras de la luna marciana Phobos a la Tierra, una estrategia que la mayoría de los científicos consideran que arrojará luz sobre la historia Phobos y Marte así como sobre las posibles señales de vida en el Planeta Rojo.
Dos vistas del mismo objetivo: la luna Fobos. Fuente: ESA
Desde 2010 y en colaboración con otras instituciones rusas, IKI organiza el simposio anual internacional sobre la exploración del sistema solar.
Los temas tratados cubren un amplio rango y están en la base de la definición de los objetivos científicos de las misiones espaciales correspondientes.
El tema central del Simposio de 2012 ha sido la exploración de la Luna y Marte, aunque hubo también sesiones dedicadas a la exploración de Mercurio y Venus.
Más concretamente se trataron los problemas científicos asociados a diferentes proyectos que están en fase de desarrollo en Rusia como son Luna-Glob, Luna-Resource y ExoMars desarrollado en el marco de la cooperación ESA-Roskosmos.
Los descubrimientos recientes indican que la superficie de Marte ha sido muy dinámica, sin excluir otros posibles mecanismos activos en la actualidad como es la producción de metano y la posible actividad geotérmica.
Otro enigma importante es entender la evolución que ha tenido su campo magnético hasta llegar a la fragmentada configuración actual. Todo el conocimiento que se adquiera sobre Marte nos ayudará a entender mejor nuestro planeta y su posible evolución.
Hay que recordar el papel protector para la vida que tiene el campo magnético global. El que hayan existido o existan formas de vida tiene que ser determinado y verificado quizás mediante un proceso de análisis y observación que durará varios años.
Quiero terminar con una reflexión fundamental sobre la exploración espacial, en general, y la de Marte en particular.
Una misión concreta puede fallar parcial o totalmente, no alcanzando los objetivos fijados. Lo que no puede fallar nunca es la creación del entorno de investigación y desarrollo científico y tecnológico que está en la base de la innovación: vector fundamental para mejorar la calidad de vida y afrontar las dificultades de un mundo tan complejo y dinámico como el actual.
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