Empanada rellena de rebozuelos, las setas más sabrosas de Rusia

Victoria Drey
Si realmente quieres probar este increíble plato, prepárate para pasar horas en el bosque buscando estas deliciosas setas. ¡No vale hacerlo con rebozuelos!

A medida que se acerca el otoño, tomo mi cesta de mimbre, me pongo un par de botas de goma y  voy corriendo al bosque a buscar rebozuelos. En mi familia nos parece que son las mejores setas que se pueden encontrar en los bosques rusos. Así lo creemos por varias razones. En primer lugar, son deliciosos y tienen un sabor y una textura picante que los hace únicos. Otra gran cosa de los rebozuelos es que nunca tienen gusanos: es muy fácil cocinarlos y no hay que perder mucho tiempo limpiándolos ni pelándolos, a diferencia de otras variedades. Suena apetecible, ¿no?

Me sorprendió saber que los rebozuelos no eran tan populares en la Rusia antigua. De hecho, no eran ni comestibles. Siempre ha habido miles de setas en los bosques rusos, pero hace unos 400 años solo se recogían Lactarius y boletus. La razón era que estas setas eran las únicas que no tenían los llamados “gemelos venenosos”, de aspecto similar pero que no son comestibles. Solo a finales del siglo XVIII comenzó a prestarse atención a los rebozuelos.

Aquí en Rusia nos referimos con cariño a los rebozuelos y los llamamos lisichki, que literalmente significa “zorritos”. Y no solo a los rebozuelos de un color naranja brillante. Es bastante difícil encontrarlos porque suelen esconderse astutamente en el musgo y hay que tener un buen ojo para encontrarlos. Si tienes éxito, podrás disfrutar de un verdadero placer gastronómico. La forma más habitual de preparar los rebozuelos en Rusia es friendo y mezclándolos con crema agria fresca. También se les puede agregar algo de masa, un par de ingredientes y crear la deliciosa empanada de rebozuelos, que es todavía más sabrosa.

Ingredientes para la masa:

  • 100 g de mantequilla
  • 180 g de harina
  • 2 yemas de huevo
  • 2 cucharadas de agua fría
  • una pizca de sal

Ingredientes para el relleno:

  • 400 g de rebozuelos
  • 1 cebolla
  • 100 g de crema agria
  • 100 ml de crema 10-20%
  • 2 claras de huevo
  • 1 cucharada de maicena
  • sal
  • pimienta

Elaboración:

1. Coloca la mantequilla blanda, la harina, las yemas de huevo, el agua fría y una pizca de sal en un tazón grande y amasa con las manos hasta tener masa espesa. Añade un poco más de harina si crees que está demasiado pegajosa. Envolver bien la masa en papel plástico y dejarla en la nevera unos 30 minutos.

2. Prepara el relleno. Pica fina la cebolla y fríela con un poco de aceite de girasol a fuego medio, para que se ablande. Añade los rebozuelos y fríe durante unos 10-15 minutos. Observa cómo no pierden su color único incluso después de ser cocinados. Asegúrate de no pasarte con las setas, para que no pierdan su propia textura.

3. En un recipiente aparte, mezcla la crema agria, la crema, las claras de huevo restantes y la maicena. Sazona con sal y pimienta molida y reserva para el relleno.

4. Cuando la masa esté fría y suficientemente dura, sácala de la nevera, separa 2/3 de la pieza y amasa sobre el fondo de la fuente. Desenrolla el tercio restante para hacer el borde del pastel. Pincha la masa con un tenedor y hornea durante 10 minutos a 180°C.

5. Sácala del horno, vierte con cuidado en el líquido y añade los rebozuelos por encima.

6. Hornea la empanada a 180°C durante 40 minutos. Cuando esté lista, deja enfriar un poco, espolvorea con perejil fresco y sirve.

¡Priyátnogo appetita!

Se acerca el otoño y los rusos se preparan para ir a recoger setas. Te contamos aquí la historia de esta pasión. 

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