Turia es una sopa fría a base de agua y pan, pero su simplicidad no debería ha hace peor. Algunas adiciones modernas pueden convertirla en una comida refrescante y llena de sabor.
En la literatura clásica rusa y en los diccionarios antiguos aparece como comida para pobres o como un tentempié para los campesinos. Normalmente se cocinaba con pan fresco o seco, aderezado con agua, kvas o leche. Puede parecerse a la sopa okroshka, pero se hace sin verduras ni carne precocidas. La turia suele ir acompañada notablemente con verduras y cebollas.
En mi familia este plato no se ha cocinado durante unos 40 años. Escuché de mi padre cómo para mi bisabuela la turia era un almuerzo de verano. Ahora lo cocino yo misma con un toque moderno con pan y aderezo.
Ingredientes:
Elaboración:
Corta el pan en cubos.
Machaca el el ajo y mezcla con aceite, sal y pimienta en un bol pequeño.
Combina los cubos de pan con la mezcla de aceite.
Coloca de manera uniforme el pan sobre la bandeja de hornear y asa en el horno durante 5-6 minutos a 200°C. Observa los picatostes hasta que se doren. Puedes sacarlos una vez y volverlos a poner en el horno para que se horneen por igual. Están listos cuando se vea que están secos y crujientes.
Pica las verduras.
Hierve los huevos.
Saca la kombucha fresca de la nevera para que esté fresca y fría.
Mezcla todo y comer la turia en casa. Si se quiere hacer un picnic al aire libre, empaca todos los ingredientes por separado y disfruta de esta antigua sopa rusa al aire libre.
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