El calabacín se utiliza para hacer guisos, oladi (tortitas) y, por supuesto, gratinados. No hay nada más sencillo que estos últimos, e incluso los escolares rusos dominan su receta en clases especiales: basta con mezclar un huevo, verduras picadas y queso, y el delicioso plato está listo. Después de probarlo, no sentirá pesadez en el estómago, pero al mismo tiempo estarás saciado.
Lavar y pelar los calabacines. Cortarlos en aros finos y hervirlos de 3 a 5 minutos.
Rehogar la harina en la mantequilla. Batir la leche y los huevos y añadirlos a la harina, removiendo hasta que se incorporen por completo. Salpimentar y retirar del fuego.
Engrasar una fuente de horno con aceite de girasol y colocar en ella los calabacines.
Mezcle las verduras y tritúrelas con el queso feta. Colocar esta mezcla sobre los calabacines.
Verter por encima la salsa y espolvorear con el queso rallado.
Hornear durante 20-25 minutos a 200°C.
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