En Estados Unidos la gente dice:
Si quieres hacer carrera en política debes ir a Washington DC.
Si quieres hacer carrera en los negocios o en las finanzas debes ir a Nueva York.
Si quieres hacer carrera en la música, el cine o la televisión debes ir a Los Angeles.
En Rusia, si quieres hacer carrera en cualquier profesión debes ir a Moscú, la ciudad de los sueños para muchas generaciones de rusos, incluida la actual. Muchas canciones rusas estaban dedicadas a la capital y a sus zonas más emblemáticas como Arbat.
Una de las primeras canciones populares sobre Moscú en la historia moderna de Rusia fue compuesta cuando las películas, la televisión y la radio se convirtieron en parte de la vida diaria. Una de esas canciones pertenece a la banda sonora de la comedia romántica Svinarka i pastuj (Porquera y pastor) de 1941. El argumento de esta película gira en torno a la amistad entre dos jóvenes que se fragua en una feria agrícola de Moscú.
La letra de la canción dice así:
Nunca olvidaré a un amigo
que conozca en Moscú.
Porquera y pastor. Canción sobre Moscú.
Al mirar retrospectivamente esta canción podemos identificar cómo funcionaba la política de Stalin, en lo que se denominaba “la amistad de los pueblos” de la Unión Soviética. Es un intento de crear forzadamente una historia de amor entre una chica rusa de un pueblo del norte y un pastor de Daguestán, utilizando Moscú como una especie de pegamento de la felicidad. Estas políticas tienen ecos en el Moscú actual. Actualmente se repiten los problemas sociales con los inmigrantes de las repúblicas musulmanas del Cáucaso Norte, como Daguestán. Durante las últimas elecciones a la alcaldía de la capital, la inmigración ha sido uno de los temas candentes.
Una canción compuesta durante la Segunda Guerra Mundial, titulada Mi querida capital, se convirtió en el himno oficial de Moscú en 1995. Esta canción la creó uno de los compositores favoritos de Stalin, Isaak Dunayevsky, con letra de Lisyansky y Agranyan.
La letra de la futura canción se publicó por primera vez como poema en Novi Mir (Nuevo mundo), una importante revista soviética de literatura.
Dunayevsky lee este poema en la primavera de 1942 e inmediatamente después compone una melodía para él. Intenta encontrar, sin éxito, al autor de estos versos mediante los editores de la revista. También le pide a un amigo suyo, que era director musical de orquesta, que alargue la letra del poema de modo que pueda hacer una canción entera.
Un verso elogiaba a Stalin, lo cual era una práctica muy común durante su dictadura y hasta que murió en 1953. No estoy seguro de por qué el himno de Moscú deba ser una especie de canción militante estalinista, que suena como si se hubiera producido en Corea del Norte: el último estado estalinista del mundo.
“Hola, ciudad, de la Gran Nación
donde vive nuestro querido Stalin”
Tras la muerte de Stalin, este verso desapareció de la canción, al igual que cualquier mención favorable del dictador en películas, obras teatrales, obras literarias, calles y nombres de ciudades.
El himno de Moscú
Durante el breve periodo conocido como “la primavera de Jruschov”, a finales de la década de 1950 y a principios de la de 1960, cuando se permitió algo de democratización y de libertades civiles en la Unión Soviética, se grabaron varias canciones nuevas sobre Moscú.
La canción pop La ciudad más grande del mundo fue grabada por el compositor Arno Babadzhanyan e interpretada por el querido cantante Muslim Magomayev, una especie de Elvis Presley soviético, según la opinión de algunos críticos. La canción adquirió una enorme popularidad entre la joven generación soviética en las fiestas y bailes de la década de 1960 no por su letra, un ejemplo típico de ensalzamiento soviético de la capital, sino por su gran ritmo y melodía. Esta canción recibió duras críticas por parte de comunistas ortodoxos de la época, que la calificaron de “sabotaje y perversión ideológica”.
Muslim Magomaiev – La mejor ciudad del mundo (original)
Algunas canciones sobre Moscú son muy sentimentales y varias de ellas incluso pueden llegar a hacerte saltar las lágrimas. La canción con la que empieza el largometraje “Moscú no cree en lágrimas”, titulada Alexandra, es una de ellas. Este filme ganó el Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 1980. Puede que esta melodía sentimental ayudara a que los miembros de la Academia tomaran esta decisión.
Alexandra (canción de la película Moscú no cree en las lágrimas)
Otro ejemplo de canción sentimental acerca de Moscú lleva por título Hasta la vista, Moscú y se compuso para la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de verano de 1980 de la capital rusa. Miles de ciudadanos soviéticos lloraron ante sus aparatos de televisión durante la emisión en directo desde el estadio olímpico de Moscú, cuando el símbolo de las Olimpiadas, el oso Misha, que parecía de juguete, salió volando, elevado por globos, hacia el cielo nocturno de Moscú.
Se hace el silencio en el techo del estadio.
Los tiempos mágicos están desapareciendo.
Adiós, nuestro querido osito Misha.
Ahora puedes volver a tu bosque de cuento de hadas:
Adiós, Moscú. Adiós, cuento de hadas olímpico.
¡Hasta la vista, Moscú! Clausura de las Olimpiadas de 1980
Dado que Moscú es una gigantesca urbe habitada por más de 12 millones de ciudadanos, muchas canciones han homenajeado ciertas zonas de la ciudad. Arbat es un área histórica del centro de la capital y, como tal, son muchas las canciones consagradas a ella. El famoso poeta y escritor ruso Bulat Okudzhava vivió durante muchos años en la zona de Arbat y a menudo expresó su amor por ese rincón moscovita en sus canciones. Su voz entrañable y a veces muy sentimental, al igual que sus letras sensibles, eran muy del gusto del público soviético, que intercambiaba grabaciones en cintas con su música.
¡Oh, Arbat, Arbat mío!
Eres mi vocación.
Eres mi alegría y a la vez mi desgracia.
Bulat Okudzhava – Cancioncilla de Arbat
La zona de Arbat es una de las principales atracciones turísticas del Moscú actual.
Grupos de rock alternativo escribieron varias canciones sobre los moscovitas en la época soviética en las que expresaban su desprecio hacia la capital. Es como la cara oscura del sueño ruso respecto a mudarse a Moscú en busca de fama y fortuna. Algunas de estas canciones de odio a Moscú eran una opinión sincera. Otras, en cambio, estaban motivadas por los celos y la envidia de sus compositores.
Zoopark (Zoo), una banda de Leningrado (actual San Petersburgo), escribió una canción titulada Blues de Moscú.
Nadie nos quiere aquí (en Moscú)
Y a nosotros no nos gustan.
Todo el mundo va en metro aquí
Pero nosotros no somos como ellos.
Tomamos taxis, aunque no tengamos dinero.
Bebemos nuestro vino barato, el coñac de alguien.
No me gusta Taganka. Odio Arbat.
Tomemos la última copa, ha llegado la hora de volver (a Leningrado)
Zoopark, Blues de Moscú
Una de las canciones más fastidiosas de todos los tiempos sobre Moscú se titula precisamente Moscú y pertenece a un cantante pop, Oleg Gazmanov. El responsable de que se aborreciera esta canción fue el antiguo alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, un gran admirador de la música de Gazmanov, que hizo que fuera obligatorio que sonara esta canción cada vez que un tren llegara a una de las nueve estaciones de Moscú. Dado que muchos trenes llegaban diariamente a la capital, esta canción sonaba un sinfín de veces a través de los sistemas de megafonía en las estaciones de tren. Este año se presentó una propuesta para prohibir su difusión en esos espacios públicos. Si esto finalmente ocurre, los moscovitas lo valorarán como uno de los mayores logros del actual alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin.
Oleg Gazmanov, Moscú
Uno de los mayores problemas de Moscú está relacionado con la superpoblación y la constante expansión de las fronteras de la ciudad. El popular grupo de hip hop Noize MC y su líder Iván Alekséiev compusieron una canción titulada Moscú no es de goma, afirmando que Moscú no se puede seguir estirando con el constante crecimiento de su población.
Hoy encontramos cientos de canciones rusas sobre Moscú compuestas en los últimos setenta años y que abarcan temas muy amplios, desde el amor incondicional hasta el humor negro y la humillación.
Pero sólo una de ellas puede calificarse de campeona indiscutible entre las canciones moscovitas. Es “Noches de Moscú”, una canción escrita por el compositor Vasili Soloviev-Sedói y el letrista Mijaíl Matusovski. Además, debido a su gran popularidad en Rusia, es la única canción rusa que han interpretado muchos solistas extranjeros traducido a diferentes lenguas:
En italiano: Le serate a Mosca.
En español: Noches de Moscú
En sueco: En natt i Moskva
La canción se hizo muy conocida después de que sonara en el Festival de la Juventud Internacional de Moscú, en 1957. Una placa conmemorativa anunciando que “Noches de Moscú fue creada aquí” se colocó en el edificio de apartamentos del centro de Moscú donde vivía el letrista Matusovski.
Lo interesante de la letra de esta canción pop es que ciertas líneas suenan como un poema psicodélico o alucinatorio:
El río ondula y se queda quieto…
Se oye una canción y luego desaparece…
Es difícil expresar y también callar…
En estas noches apacibles de Moscú…
Noches de Moscú, coro del Ejército Rojo de París, 1958
Noches de Moscú, versión china
Noches de Moscú, versión japonesa: Bony Jacks
La banda de jazz británica de Kenny Ball grabó esta canción con el título de Medianoche en Moscú y alcanzó el puesto número dos en el US Billboard Hot 100, en 1961. Desde entonces ninguna canción rusa ha disfrutado de tanta popularidad y reconocimiento mundial.
Kenny Ball – Medianoche en Moscú
Por lo que a mí respecta, Noches de Moscú es una sólida candidata a convertirse en el próximo himno nacional de Rusia, porque hasta ahora se ha estado utilizando un viejo himno, el llamado de Stalin. Es sólo cuestión de tiempo que se anuncie la búsqueda de un himno nacional.
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