Cuando National Geographic descubrió Rusia a los EE UU

Hace un siglo, la revista 'National Geographic' publicó un número dedicado enteramente a Rusia. El 19 de noviembre, la Fundación para la Cooperación Cultural Rusia-EE UU, con sede en Washington D.C., homenajeará al nieto del autor de este ejemplar por la contribución de su abuelo a la cooperación cultural entre EE UU y Rusia.

 

Cortesía de Gilbert H. Grosvenor y National Geographic Society

El número de noviembre de 1914 de la revista National Geographic es famoso en Rusia. A menudo se ha hablado de él en los medios de comunicación, las redes sociales y la televisión. Bajo el título de La joven Rusia: tierra de posibilidades sin límite, el periodista y editor Gilbert H. Grosvenor ofreció a los lectores, en cien páginas de texto acompañadas de otras tantas fotografías, una idea de la geografía, la historia, la economía, las costumbres y las tradiciones de Rusia, sus creencias y aspiraciones.

El National Geographic, por su parte, tampoco ha perdido interés en Rusia. Desde 1914, han aparecido en sus páginas más de cien artículos sobre este país. Hoy, la revista también se publica en Rusia, con una tirada de 29.000 ejemplares.

Con su lentitud majestuosa, que asemeja la del río Volga (el símbolo de Rusia), el autor comienza su narración de manera muy significativa:  “Rusia no es un país, es un mundo...” Este viajero vio el amanecer del gigante: los recursos del país son inagotables; el crecimiento de su población, envidiable (según los cálculos del autor, a finales del siglo XX, en Rusia vivirían teóricamente unos 600 millones de personas, contaba con apenas 146 millones).
Grosvenor habla sobre los logros rusos en industria, comercio y agricultura. La cree capaz de alimentar a medio mundo.

El principal objetivo de sus fotografías es la gente. La revista no incluye ningún retrato del zar o su familia, pero sí numerosas fotos de gente corriente: trabajadores, comerciantes, campesinos y artistas; sus vidas, su trabajo, sus experiencias diarias.

De algún modo, el autor se hizo eco en sus impresiones de la predicción del famoso viajero francés, De Tocqueville (1805-1859), quien escribió: “En el presente, hay dos grandes naciones en el mundo... los rusos y los estadounidenses... Su punto de partida es diferente, y su trayectoria no es la misma, pero ambos están marcados por voluntad de los Cielos para influir sobre el destino de medio mundo”.

 

Cortesía de Gilbert H. Grosvenor y National Geographic Society

Grosvenor dedicó la sección Rusia y los EE UU a la contribución rusa para la formación de los EE UU. Recordó a los lectores cómo Catalina la Grande se negó cuando el rey Jorge III le pidió que enviase los cosacos para doblegar la colonia norteamericana y cómo Rusia se esforzó en poner un fin a la guerra entre EE UU y Gran Bretaña.

Narró también la amigable visita de los escuadrones rusos a Nueva York y San Francisco durante la Guerra de Secesión, lo que ayudó a impedir la intervención extranjera. Muchos de estos datos supusieron una revelación para los lectores.

La revista solo podía despertar un gran interés por Rusia. Tras una promoción tal, Rusia no podía sino esperar una enorme afluencia de turistas y curiosos, hombres de negocios visionarios y demás. Sin embargo, Grosvenor llegó a Rusia en primavera y comenzó a tomar fotos bajo la encantadora luz primaveral y después bajo el cielo de verano. Pero la iluminación cambió de repente. Los colores se oscurecieron.

La Segunda Guerra Mundial dio al traste con las esperanzas de muchas naciones. Se había perdido la oportunidad de hacer realidad las optimistas esperanzas de Grosvenor sobre el desarrollo de las relaciones Rusia-EE UU.

Sin embargo, los esfuerzos de este periodista no fueron en vano. Gilbert H. Grosvenor es considerado en EE UU “el padre del fotoperiodismo”. Sus viajes por Rusia no solo inspiraron el artículo de la revista, sino también su libro La joven Rusia, que fue traducido al ruso y publicado en Moscú.

El número de noviembre de 1914 marca un brillante hito en las relaciones entre EE UU y Rusia. El 19 de noviembre, la Fundación para la Cooperación Cultural Rusia-EE UU, con sede en Washington D.C., homenajeará al nieto del autor, Gilbert M. Grosvernor, presidente honorario de la Sociedad Geográfica Nacional, por la contribución de la revista de su abuelo a la cooperación cultural entre EE UU y Rusia.

  

Cortesía de Gilbert H. Grosvenor y National Geographic Society

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