Preguntas y respuestas sobre el sepulcro del líder del proletariado mundial.
Lori/Legion-MediaEs el mausoleo del líder de los bolcheviques Vladímir Lenin. Lenin lideró la Revolución de Octubre en 1917, gobernó en la Rusia soviética durante la Guerra Civil y fue uno de los fundadores de la URSS.
En 1924, cuando Lenin murió, la dirección del Partido Comunista decidió no enterrar a su líder, sino embalsamar su cuerpo para exhibirlo. El edificio del mausoleo fue diseñado por el conocido arquitecto Alexéi Schúsev y se abrió al público en 1930. Curiosamente, en la parte superior del mausoleo hay una tribuna desde la que todos los líderes soviéticos, hasta Mijaíl Gorbachov, presenciaban los desfiles sobre la Plaza Roja.
Se sabe que Iósif Stalin apoyó la idea de embalsamarlo. En noviembre de 1923, cuando Lenin todavía vivía pero estaba gravemente enfermo, Stalin expresó la idea de que había que “conservar su cuerpo con la ayuda del embalsamamiento” para dar la posibilidad de despedirse del líder a todo el que lo deseara.
Una parte de la dirección de los bolcheviques se mostró indignada con esta idea. León Trotski, considerado el segundo hombre más importante del partido después de Lenin, equiparaba la conservación del cuerpo con la “santificación” cristiana, algo inaudito para los comunistas.
La viuda, Nadezhda Krúpskaya, también se mostró categóricamente en contra de la perpetuación del líder bolchevique.
Lenin desempeñó un papel muy importante en el sistema político de la URSS. Todos los líderes soviéticos seguían sus preceptos, se había convertido en una figura sagrada, en una especie de santo comunista.
“Los retratos y bustos estilizados de Lenin se convirtieron en iconos, su biografía idealizada en el Evangelio, y el leninismo en las sagradas escrituras” — señala la profesora de la Universidad de Harvard Inna Tumarkin en su libro “¡Lenin vive! El culto a Lenin en la Rusia soviética”. A Lenin se dedicaban poemas y canciones, y se le erigieron monumentos en prácticamente todas las ciudades de la URSS.
El mausoleo se convirtió también en un símbolo de la lealtad a los ideales del leninismo. La visita a este lugar de Moscú era como un peregrinaje, tanto para los ciudadanos soviéticos como para las delegaciones de otros países afines. Cada año visitaban el sepulcro hasta 2,5 millones de personas.
Cuando abrieron el cuerpo de Lenin y lo prepararon para exhibirlo, le extrajeron los órganos internos y reemplazaron los líquidos por sustancias especiales de embalsamamiento que detuvieron el proceso de descomposición.
Los científicos siguen manteniendo el cuerpo en buen estado sumergiendo el cuerpo en un líquido conservante una vez cada año y medio. En la actualidad únicamente queda un 23 % del cuerpo, pero este sigue conservando el aspecto físico, la elasticidad de la piel y la flexibilidad de las articulaciones. Y los trajes que lleva Lenin se van deteriorando y sustituyendo.
Este es un tema de constantes disputas. Una parte de los rusos, especialmente los más críticos con el pasado soviético, se queja de que en medio de la Plaza Roja haya todavía una “momia” y exigen que se la entierre. Esta idea, por ejemplo, la apoyan también algunos activistas y representantes de la comunidad espiritual.
No obstante, algunos no están dispuestos a enterrar al conocido bolchevique, en primer lugar los comunistas. Según estos, Lenin ya está enterrado (el sarcófago con el cuerpo se encuentra a una profundidad de tres metros bajo tierra), y el mausoleo es un monumento histórico único que perdería todo el sentido si se retirara el cuerpo.
El gobierno ocupa una postura neutral. Vladímir Putin, comentando la posibilidad de enterrar el cuerpo de Lenin, declaró que esta era una cuestión que debía tratarse con mucho cuidado para “no dividir a la sociedad”. Según la última encuesta del Centro Ruso del Estudio de la Opinión Pública, la mayoría de los rusos (un 60 %) se muestran partidarios de la idea de enterrar a Lenin.
Según la página web del servicio estatal de compras públicas, en 2016 se destinaron 13 millones de rublos (199.754 dólares) a “trabajos médicos y biológicos para la conservación de la imagen de Lenin en vida”.
Para visitar el sepulcro hay que levantarse temprano: el mausoleo está abierto de 10:00 a 13:00 horas los martes, miércoles, jueves y sábados. La visita es gratuita, pero hay que pagar para utilizar las taquillas (en el interior está prohibido llevar cámaras de fotos y teléfonos móviles).
La visita se lleva a cabo según un estricto reglamento. El sarcófago con el cuerpo está elevado, acercarse a él está prohibido, así como quedarse mirando mucho tiempo. Bajo la atenta mirada de un guardia armado, puede verse al líder revolucionario a medida que se rodea el sarcófago en un semicírculo para después salir por el lado de la necrópolis junto al muro del Kremlin. En él se encuentra la flor y nata de la sociedad soviética: desde Stalin y Brézhnev hasta el cosmonauta Yuri Gagarin.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: