Tanto en la época imperial como en la soviética, los rusos adoraban el té. Todavía hoy sigue siendo muy popular. Había largas fiestas de té en las que la gente se reunía alrededor de una mesa grande o se hacían visitas rápidas para tomar una taza. Todas estas tradiciones se reflejaron en la cultura popular. Veamos cómo toman su té los protagonistas de las películas rusas.
Un cartero desagradable de los populares dibujos soviéticos de Prostokvashino comienza a ceder después de una invitación a tomar una taza de té. Bebe té sin parar en la casa del gato Matroskin y, además, se come casi todos los caramelos, lo que desagrada a todos los habitantes de la casa.
Esta dama se veía exactamente igual que una mujer del cuadro de Borís Kustódiev La mujer del comerciante a la hora del té.
Se sienta en una mesa al aire libre en su silla, como si fuera un trono. Todo el mundo la rodea con servilismo.
Tosia, la protagonista de la película de 1961, puede considerarse una verdadera feminista. Mientras que otras chicas de su brigada de construcción sueñan con el matrimonio, ella prefiere quedarse sola, comer galletas y jalvá, para que nadie pueda criticarla por estos placeres culpables. Su sándwich gigante con mermelada y té casi se convirtió en un símbolo de la sencilla felicidad humana en la URSS.
Una fiesta de té en la terraza o al aire libre es una escena clásica. Esta película, basada en una obra de Antón Chéjov, muestra toda esta maravillosa parafernalia: un fino mantel, tarros de mermelada casera y el juego de teteras y tazas especiales.
La hija de un criminal (aunque está segura de que su padre es un científico) llega a una dacha, donde sus asociados, a quienes ella también lleva como científicos, permanecen en libertad. Lleva un pastel y esto es otra muestra de las tradiciones rusas: si vas a visitar a alguien, asegúrate de llevar algo para el té.
En las películas de la vida de la época de la NEP (Nueva Política Económica), las protagonistas alardean de vestidos modernistas de los años 20, y no quieren perderse la clásica fiesta del té con samovar. El absurdo de esta escena ociosa aumenta cuando la policía viene a llevarse a un personaje, cuya esposa comenzará inmediatamente a empacar todas sus cosas y luego venderá sus propiedades.
Esta película icónica y extremadamente divertida muestra las relaciones “altamente morales” entre la traductora Margarita Pávlovna, su exmarido intelectual Lev Jóbotov y su actual esposo, el proletario Savva Ignátich. Este trío suele tomar el té sorprendiendo a los vecinos de su apartamento comunitario.
Así es la ceremonia del té en Rusia.
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