RSS de Tayikistán. Un vendedor de shashlik en la ciudad de Nurek, 1973
Joseph Budnevic/Sputnik1. El shashlik es un plato tradicional del Cáucaso que se incorporó a la cocina rusa a finales del siglo XIX y, en la época soviética, se convirtió en sinónimo de fines de semana de primavera y verano.
Cocinando shashlik en Samarcanda, Imperio Ruso
Serguéi Prokudin-Gorsky2. Hacer barbacoas al aire libre era algo especialmente popular durante las fiestas de mayo (los soviéticos celebraban el 1 de mayo, Día del Trabajo, y el 9 de mayo, Día de la Victoria. Varios días entre estos dos eran también días festivos estatales). Es imposible imaginar los primeros fines de semana de mayo sin el shashlik al aire libre.
La moscovita Vera Sherbákova comiendo un shashlik, 1985
Valery Jristoforov/TASS3. Los soviéticos organizaban fiestas de barbacoa con amigos y parientes literalmente en todas partes: en la dacha, en los patios de los bloques de viviendas, a lo largo de las orillas de los ríos y en las costas.
Klaipeda, RSS de Lituania. El arquitecto Petras Lape con su familia en un picnic, 1972
Vladimir Akimov/Sputnik4. Cocinar shashlik se consideraba una “tarea de hombres!: cada soviético tenía su propia receta de adobo y su tipo de carne favorito. El adobo solía consistir en sal, pimienta, limón y vinagre o agua con gas como la Borjomi. Algunos añadían “ingredientes secretos”, como el kéfir, especias orientales o menta.
Un cocinero sosteniendo pinchos de shashlik en la RSS de Georgia, 1971
Eduard Pesov/Sputnik5. La mayoría de las veces, los soviéticos utilizaban cuello de cerdo, carne de cordero o muslos de pollo para sus shashlik. La carne no debe ser demasiado magra, de lo contrario el plato quedaría seco.
Grozni. Ingenieros franceses, alemanes y soviéticos asando carne en su día libre, 1970
Rudolf Dik/TASS6. Curiosamente, en la época soviética, hacer el shashlik era una especie de creación de equipo: cuando los extranjeros llegaban a la URSS, solían ser invitados a barbacoas y no sólo como invitados, sino también como cocineros.
El primer cosmonauta alemán Sigmund Jähn haciendo shashlik con amigos soviéticos en la Ciudad de las Estrellas, a las afueras de Moscú. 1978. Observad con qué profesionalidad aviva las llamas
Albert Pushkarev/TASS7. Cocinar shashlik era algo que unía a personas de todas las edades y nacionalidades. Incluso en los círculos sociales más elevados, los políticos y los diplomáticos lo hacían. Y eran ellos mismos los que se divertían haciendo el shashlik.
Cáucaso Norte. El Presidente del Consejo de Ministros de la URSS Alexéi Kosiguin y el Presidente de Finlandia Urho Kekkonen asando carne. 1969
Yakov Jalip/TASS8. Todo lo que se necesitaba para hacer shashlik se podía comprar en la tienda más cercana: un mangal portátil, unos pinchos y carbones para hacer el fuego.
Alma-Ata, RSS de Kazajistán. Las compenentes del equipo nacional de patinaje de velocidad de la URSS Liudmila Fechina y Valeri Kaplan durante un descanso en Medeo. 1970
Victor Shandrin/TASS9. Además de prepararlo uno mismo, el shashlik era una de las comidas callejeras más populares en toda la Unión Soviética: se podía pedir desde el Báltico hasta el Lejano Oriente e incluso en las cafeterías de alta montaña.
RSS de Tayikistán. Un vendedor de shashlik en la ciudad de Nurek, 1973
Joseph Budnevic/Sputnik10. Para los que no podían salir al aire libre, la industria soviética creó un mangal eléctrico (que no echaba humo). Sin embargo, había gente que cocinaba en sus balcones, y esto estaba tan extendido que este tipo de escenas se representaban incluso en las películas soviéticas. Por cierto, ¡la ley que prohíbe hacer barbacoas en el balcón de un apartamento no se aprobó hasta 2019!
Escena de la película “Cuando llegue septiembre”, 1975
Edmond Keosayan/Mosfilm, 1975LEE MÁS: Cómo organizar una parrilla al estilo ruso para celebrar una fiesta brutal al aire libre
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