El pasado miércoles 28 de julio, la 44ª sesión del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, presidido por China, decidió por unanimidad incluir los petroglifos rusos del lago Onega y del mar Blanco en la lista del Patrimonio Mundial de la organización. Se trata de uno de los hitos de la región rusa de Carelia, que cuenta con bellas muestras del rupestre del Neolítico.
En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso afirmó que la decisión de la Unesco de incluir oficialmente los petroglifos en la lista del Patrimonio Mundial demuestra que Rusia es uno de los centros culturales mundiales.
“La introducción de las pinturas rupestres de Carelia, que se convierten en el 31º sitio ruso de la lista, en el registro del patrimonio mundial de la Unesco demuestra una vez más que Rusia es uno de los centros mundiales de la cultura y que nuestro Estado da prioridad a su conservación”, se lee en el comunicado.
A continuación se muestran imágenes de los petroglifos de la región:
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