La tarta Botlij debe su nombre a un pueblo de Daguestán, en el Cáucaso Norte, donde se hornea tradicionalmente para las bodas y otras fiestas. Sin embargo, hoy en día este pastel es famoso mucho más allá del pequeño pueblo de montaña.
La característica más peculiar del pastel es su relleno de varias capas, compuesto por albaricoques secos y nueces que crecen en esta región. El pastel de Botlij se elabora con una masa que se asemeja a la masa quebrada. Es mejor preparar la masa la noche anterior y hornear la tarta al día siguiente.
Una de las razones de la popularidad de esta tarta es que puede conservarse durante mucho tiempo sin perder su sabor. Este tipo de tartas se solía llevar en un viaje largo, pero hoy se pueden hornear y luego congelar hasta que un día te la quieras come.
Aunque la tarta Botlij suele servirse fría, admito que es difícil resistirse a probarla recién horneada. Para obtener los mejores resultados, debe cortarse en frío, para que mantenga mejor la forma.
Yo seguí la receta clásica sin añadir ninguna especia, pero la próxima vez intentaré utilizar canela para el relleno. De todos modos, los albaricoques y las nueces hacen que sea una tarta contundente, y estoy segura de que no te quedarás satisfecho con un solo bocado.
Ingredientes para 8 raciones:
Masa:
Relleno:
Preparación:
En un vaso, revuelve el bicarbonato de sodio con el kéfir, que comenzará a hacer espuma debido a la reacción con el bicarbonato.
Batir el azúcar y el huevo hasta que aparezca una ligera espuma; a continuación, añadir la crema agria, el kéfir y la mantequilla derretida (y enfriada).
Añadir la harina y amasar una masa homogénea y elástica.
Envuélvela en papel film y enfríala durante 6 horas o incluso toda la noche.
Después de 6 horas, (en mi caso, al día siguiente), enjuagar y remojar los albaricoques en agua tibia durante media hora. Secarlos en una toalla y molerlos en una batidora. Lavar y secar las nueces, y molerlas en la batidora. La masa debe ser fina, pero con unos pocos trozos grandes.
Añadir 100 gramos de azúcar a los albaricoques y las nueces. El relleno está listo.
Calentar el horno a 210°C. Dividir la masa en tres partes. Dos partes más grandes y una más pequeña.
Espolvorea una superficie de trabajo con harina y extiende una de las partes más grandes de la masa hasta formar una capa ligeramente mayor que su molde de 24 cm. Coloca la primera pieza de masa en el fondo de un molde redondo y profundo, doblando los bordes de la masa alrededor de su perímetro. Puedes forrar el fondo con pergamino para evitar que se pegue.
Coloca la primera capa de relleno de nueces. Deja algunas nueces para espolvorear el pastel al final.
Extiende un trozo de masa igual al diámetro del molde y colócalo sobre la capa de nueces.
Pon el relleno de albaricoque encima.
Extiende el último trozo grande de masa y cubre la tarta con él.
Pincela la tarta con una mezcla de yema de huevo y una cucharada de nata, y espolvorea con las nueces restantes.
Hornea la tarta durante 35 minutos.
Se puede degustar la tarta mientras está tibia (no caliente).
Pero es mejor servir la tarta Botlij fría. Así será más fácil cortarla en pequeños diamantes.
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