Trotsky is out of favour. 1928
Global Look Press"No habrá misericordia hacia los espías y los traidores de la Patria", afirmaba el título de un artículo en el periódico estatal bolchevique, en 1937. Esa frase podría ser el lema de los servicios secretos soviéticos, con "traidores" significando cualquiera cuyas acciones de alguna manera perjudicasen al Partido Comunista y los intereses de sus líderes.
Los espías soviéticos no escatimaron esfuerzos ni dinero para exterminar a "enemigos del Estado", aunque vivieran lejos de Rusia. Este método de luchar contra rivales políticos fue especialmente popular bajo el reinado de Stalin, pero también persistió después de su muerte. Entonces, ¿cuáles son los asesinatos más audaces cometidos en el extranjero por los asesinos soviéticos?
Alexánder Kutépov - Líder del Movimiento Blanco en Europa
Alexánder Kutépov. Fuente: Legion Media
El oficial imperial ruso Alexánder Kutépov (1882 - 1930) dedicó su vida a servir a la monarquía, así que cuando la revolución de octubre estalló en 1917 no tenía ninguna duda sobre qué lado apoyar. El coronel Kutépov se convirtió en uno de los principales comandantes del Ejército Blanco que unificó a las fuerzas antibolcheviques durante la Guerra Civil (1917-1922). Pero sus esfuerzos no impidieron que el Movimiento Blanco fracasara, y en 1920 huyó de Rusia a Europa occidental.
La cruzada de Kutépov contra el comunismo continuó, sin embargo, y en 1929 se convirtió en presidente de la Unión Militar Rusa (ROVS), una organización de emigrados blancos deseosos de derrotar a los bolcheviques. Como presidente de ROVS, Kutépov organizó ataques terroristas en la URSS, como un atentado con bomba en el Club Central del del Partido Comunista en Leningrado. No es sorprendente que los oficiales de la OGPU (Directorio Político Unificado del Estado) decidieran devolverle la visita.
Las circunstancias respecto a lo que le sucedió exactamente a Kutépov aún no están claras (y toda la información oficial sigue estando clasificada), pero fue visto por última vez vivo en París el 26 de enero de 1930. Según las memorias de Pável Sudoplátov, dos agentes vestidos como policías franceses detuvieron a Kutépov en la calle y lo condujeron a un coche. Después de escuchar a sus captores hablar en ruso, Kutépov se resistió enérgicamente y de repente murió de un ataque al corazón. Otra versión afirma que los agentes que intentaban secuestrar a Kutépov le dieron demasiada morfina accidentalmente, causando su muerte.
León Trotski - un bolchevique en desgracia
León Trotski. Fuente: DPA/Global Look Press
Durante la Guerra Civil, León Trotski (1879 - 1940), un histórico líder bolchevique y comandante talentoso que fundó el Ejército Rojo, se le llegó a considerar como el segundo hombre en el Partido (después de Vladimir Lenin). Su popularidad e influencia parecían inexpugnables, pero el tiempo demostró lo contrario.
Después de la muerte de Lenin en 1924, Stalin se deshizo lentamente de los partidarios de Trotski, concentrando todo el poder en sus manos. En 1927, Trotski fue a su vez expulsado del Partido Comunista, y poco después exiliado de la URSS. Con un país europeo tras otro rechazándolo bajo la presión de Stalin, Trotski terminó al otro lado del mundo, en México.
Pero Stalin pronto se dio cuenta de que dejar que su archienemigo huyera del país era un error. Incluso en el exilio, el inquieto Trotski siguió publicando libros y artículos denunciando al régimen de Stalin como pervertidor de los ideales del marxismo y la revolución. También intentaba crear un movimiento socialista mundial anti-estalinista, así que Stalin decidió deshacerse de su oponente.
Pavel Sudoplatov, subdirector del departamento extranjero del NKVD, planeó el asesinato: un estalinista español Ramón Mercader, pretendiendo ser el admirador de Trotski, accedió a su círculo íntimo y visitó su casa en Coyoacán a menudo. El 20 de agosto de 1940, se quedaron solos en una habitación, que fue cuando Mercader decidió atacar. Mientras Trotski se inclinaba sobre la mesa para echar un vistazo a un papel que Mercader había traído, el agente del NKVD golpeó a Trotski con un piolet, hiriéndolo fatalmente.
Aunque la herida en su cabeza era de unos 7 centímetros de profundidad, Trotski logró sobrevivir casi un día. Sus guardaespaldas detuvieron a Mercader, que fue condenado a 20 años en una prisión mexicana, donde permaneció hasta 1960. Después de su liberación, Mercader se trasladó a la URSS y las autoridades le concedieron la medalla de Héroe de la Unión Soviética. Murió en Cuba, de un sarcoma, y está enterrado en Moscú.
Stepán Bandera - un símbolo del nacionalismo ucraniano
El poster con Stepán Bandera en Ucrania. Fuente: CTK/Global Look Press
Stepán Bandera (1909 - 1959) sigue siendo una de las figuras más polémicas en la región post-soviética. Muchos ucranianos lo ven como un luchador por la libertad que dirigió los movimientos antipolacos y antisoviéticos en Ucrania Occidental en los años 1920-1930. Muchos otros en Ucrania y Rusia, especialmente los que apoyan el pasado soviético, lo condenan por su colaboración con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y sus masacres de civiles inocentes. Una cosa es cierta: era un implacable enemigo de la URSS.
A comienzos de los años cincuenta, Bandera, que había sido prisionero en el campo de concentración de Sachsenhausen, se estableció en Múnich, donde cooperó con las agencias de inteligencia occidentales porque esperaba destruir el comunismo y conseguir la independencia de Ucrania. Ya había sido blanco de varios intentos de asesinato, por lo que sus partidarios le rogaron que abandonara la ciudad por un tiempo. Bandera estuvo de acuerdo, pero antes de partir se enfrentó a un intento final de eliminarle que tuvo éxito.
El 15 de octubre de 1959, el agente de la KGB, Bogdán Stashinski preparó una emboscada a Bandera en la entrada de su edificio. Los dos se encontraron allí. Stashinski escondía en un periódico doblado una pistola de jeringa cargada de cianuro.
"¿Qué estás haciendo aquí?", Preguntó Bandera a Stashinski, quien le disparó a través del periódico. Irónicamente, dos años después, Stashinski, que logró escapar de la escena del crimen, desertó a Alemania occidental con su esposa y pidió asilo político. Confesó haber asesinado a Bandera y cumplió cuatro años de prisión por ello.
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