Las fuerzas aerotransportadas aumentarán el número de efectivos y recibirán nuevo equipamiento. Fuente: Reuters
La dimisión del ministro de Defensa Anatoli Serdiúkov, a finales del 2012, y su sustitución por Serguéi Shoigú, partidario de un nuevo enfoque para las reformas del Ejército ruso, ha permitido pasar a los paracaidistas de las fuerzas de defensa —de las que formaban parte desde principios de 2008— a las de asalto y poner en marcha el proceso de transformación de las fuerzas aerotransportadas.
En otoño del año pasado, la dirección de los ‘boinas azules’ consiguió la reasignación de dos brigadas de asalto aéreo que antes se encontraban bajo el mando de las tropas terrestres, reuniendo así todas las unidades de paracaidistas.
Las fuerzas aerotransportadas tienen sus propias normas, sus planes de estudio y la convicción —no en vano— de que constituyen la élite del Ejército, como lo refleja el emblema de este tipo de tropas que reza ‘nadie, sino nosotros’.
La situación actual de estas fuerzas en el Ejército ruso y su posible reforma muestran que tendrán más similitudes con el Cuerpo de Marines de los EE UU (USMC). Esta última constituye, en esencia, una agrupación de fuerzas de reacción rápida, lo que coincide con las fuerzas aerotransportadas rusas, según confirma su comandante en jefe, Vladímir Shamánov. El coronel general ha remarcado que se van a crear unas fuerzas de reacción rápida basadas en este tipo de tropas.
El nuevo papel de las fuerzas aerotransportadas
Sin embargo, las fuerzas aerotransportadas se diferencian sustancialmente del USMC en lo que a objetivos. Los paracaidistas rusos se ocupan de llevar a cabo operaciones de sabotaje en la retaguardia enemiga y, a diferencia del USMC, no están capacitados para prolongados combates defensivos ni para misiones de asalto a las posiciones fortificadas.
Cabe recordar que los Marines de los EE UU no solo disponen de su propia aviación, sino también de artillería pesada e incluso de los principales tanques de combate.
Actualmente, el equipamiento armamentístico de los paracaidistas rusos incluye solo la maquinaria y los medios que se pueden transportar por aire.
Lo cual es lógico —teniendo en cuenta el territorio de Rusia y la ausencia de una flota comparable en fuerza a la estadounidense—, aunque esto convierte a las fuerzas aerotransportadas en un cuerpo más bien auxiliar, algo con lo que no parece conformarse su mando.
“Estamos planeando aumentar tanto el potencial bélico de nuestras tropas como su presencia fuera de nuestro país”, anunció el comandante en jefe de las VDV, Shamánov.
Las nuevas fuerzas de reacción rápida también dispondrán de su propia aviación. Según el director general de la empresa Helicópteros de Rusia, Alexander Mijéiev, “la compañía ya está desarrollando una serie de helicópteros avanzados demandados por las tropas aerotransportadas”. Las VDV se han comprometido también a equiparse con drones de combate, los cuales ya se están diseñando.
De momento no se ha dicho nada de los tanques y la artillería pesada, pero las VDV tienen intención de aumentar su equipamiento habitual. Hasta 2025, la infantería alada recibirá más de mil quinientos nuevos vehículos de combate aerotransportados BMD-4M y más de 2.500 unidades del vehículo blindado multipropósito Rakushka, en sus distintas versiones.
Habrá más boinas azules
Para poder confirmar de manera definitiva su nuevo papel, las VDV deben aumentar el número de efectivos. Las fuerzas aerotransportadas cuentan actualmente con cerca de 35.000 personas. Según ha informado a la agencia Interfax-AVN un representante del Ministerio de Defensa, el número de efectivos del contingente se incrementará alrededor de un tercio.
No hay que esperar un incremento a gran escala de la plantilla de las fuerzas aerotransportadas, teniendo en cuenta las limitaciones de operación de los paracaidistas. Sin embargo, la plantilla de las fuerzas de reacción rápida, cuyo proceso de creación ha anunciado precisamente Shamánov, sí puede resultar bastante sustancial. La infantería ligera constituida por las VDV podría obtener un comando efectivo a partir de una agrupación militar que cuente con todo el inventario de armamento necesario.
De hecho, esta evolución de los acontecimientos no contradice la idea de crear un Ejército compacto para Rusia con cerca de un millón de efectivos, puesto que aumentará su contingente por medio de la incorporación de otras unidades de las fuerzas terrestres o, por ejemplo, de la marina.
Esta agrupación móvil y completamente equipada responde al objetivo de desarrollar operaciones de asalto, tanto en su propio territorio como en territorio enemigo.
La tarea que está cumpliendo de manera gradual la actual dirección de las fuerzas aerotransportadas rusas es bastante relevante en el contexto de los recientes acontecimientos de Ucrania. En estas condiciones, las reacción de los generales rusos —que se traduce en reunir las unidades de reacción rápida aptas para el combate que quedan del Ejército soviético— parece razonable. Por esta razón, para contener la amenaza enemiga y para la lucha contra el terrorismo, Rusia apostará por unidades móviles altamente capacitadas y en continua preparación.
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