“Uralvagonzavod podría venderse parcialmente a un inversor privado en un par de años”, informó la agencia de noticias rusa Interfax el pasado 8 de enero, lo que provocó una ola de ansiedad por si las compañías extranjeras llegaban a conocer los secretos de uno de los mejores tanques del país, el T-14 Armata.
Fuentes de la agencia sugieren que los productores del tanque ya están buscando un inversor potencial que esté dispuesto a hacerse con el 49% de sus acciones. Algunos creen que una parte será vendida al Consorcio Kaláshnikov, aunque esto ha sido desmentido por la compañía.
“No se venderán activos del complejo militar industrial a inversores extranjeros. Pero si las cosas van mal la compañía quizá divida la producción en militar y civil, y venda estos últimos activos de la manera que hizo Sujói. Esos activos civiles podrían venderse a empresas que no son rusas”, explicó a Russia Beyond el analista militar de TASS, Víktor Litovkin.
La empresa Uralvagonzavod se encuentra en Nizhni Taguil (a unos 1.800 km de Moscú) y se considera el mayor fabricante de tanques del mundo. Aparte de los blindados, se fabrican vagones de tren y otros productos de uso civil y militar.
Ya en 2016 había planes para privatizar la única compañía rusa de producción de tanques. En ese momento la dirección tenía planes de vender el 25% menos una de las acciones a cualquiera que estuviera interesado.
Pero esto se detuvo a finales de ese año, cuando Vladímir Putin firmó un decreto para transferir el 100% de las acciones a la corporación Rostec (una de las compañías más grandes del país y que aglutina a las empresas con importancia estratégica, muchas de ellas en bancarrota o a punto de declararse en bancarrota). El objetivo principal de estas unificaciones con Rostec consiste en capitalizar los negocios y en conseguir una dirección más eficaz, que sea capaz de hacer una oferta pública de venta de las empresas estratégicamente importantes.
En marzo de 2017 Alexander Potápov, exviceministro de Industria y Comercio de la Federación de Rusia, se convirtió en el nuevo director general de Uralvagonzavod. Posteriormente el viceprimer ministro, Dmitri Rogozin, explicó que la transferenica a Rostec se había hecho para mejorar la situación financiera de la compañía y acabar con la acumulación de deudas (a mediados de 2016 se anunció que Uralvagonzavod tenía una deuda de 3.500 millones de dólares y que la dirección no estaba dispuesta a revelar la situación de la compañía).
Según declaró a Russia Beyond una fuente del complejo militar industrial, tanto el traspaso a Rostec como los cambios en la dirección y una serie de ajustes internos ya han tenido su impacto sobre la compañía.
“Todavía no hemos pagado la deuda pera la situación ha mejorado, incluso en el mercado civil. Han aumentado los ingresos y, según mis estimaciones, las peticiones del Estado de los tanques T-14 Armata y la creación del T-15 Teminator-2 resolverán los problemas financieros para el 2025”, declaró la fuente a Russia Beyond.
Según explica, el debate acerca de la venta de las acciones de Uralvagonzavod no es nuevo pero no se tomarán decisiones a no ser que haya una directiva por parte de la dirección de Rostec.
“No es suficiente que la compañía recupere el rumbo. Hay dudas sobre si será capaz o no de modernizar las desgastadas instalaciones de sus fábricas para entregar el número requerido de tanques T-14 al Ejército. Y sobre si las fábricas serán capaces de soportar o no el reequipamiento y la posterior construcción de tanques de nueva era. La cuestión acerca de la venta de acciones y de la atracción de nuevo dinero volverá a aparecer”, afirmó Litovkin.
Si quieres saber la historia de la mayor fábrica de tanques rusa, haz click aquí.
La ley de derechos de autor de la Federación de Rusia prohíbe estrictamente copiar completa o parcialmente los materiales de Russia Beyond sin haber obtenido previamente permiso por escrito y sin incluir el link al texto original.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: