Rusia redujo sus gastos militares en relación a los años anteriores y se encuentra en el sexto lugar del mundo con 61.000 millones de dólares, según expertos del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI).
A pesar de la disminución de las inversiones rusas en defensa (-7,7% en 2018), las cifras globales mundiales siguen creciendo, alcanzando su punto máximo en 2018 con inversiones de 1,82 billones de dólares. Estos datos suponen un 24% más respecto al gasto de hace diez años; en 2008, la cifra fue de 1,42 billones de dólares.
Los tres países del mundo que más dinero gastan en su Ejército son los siguientes: EE UU, 649.000 millones de dólares; China, 250.000 millones de dólares y Arabia Saudí, 68.000 millones.
En 2014, Rusia era el tercero en este listado. ¿Qué ha ocurrido?
La necesidad y la suficiencia se convirtieron en los principios fundamentales de los programas militares y de armamento rusos, tras el comienzo de la crisis económica de 2014, cuando los precios del petróleo cayeron drásticamente junto con la moneda del país.
Entonces se tomó la decisión de poner fuera de servicio una serie de sistemas de armas anticuados y desgastados. Al mismo tiempo, entraron en escena máquinas modernas. Casi la mitad del presupuesto anual del Ministerio de Defensa se gasta en la compra y creación de sistemas de armas modernas, de nueva generación.
Tanque ruso T-90.
Donat Sorokin/TASSEn total, el país tiene previsto gastar cerca de 370.000 millones de dólares desde 2018 hasta 2027 en este ámbito.
Lo más costoso del programa de modernización será la compra de aviones de combate así como la creación del primer misil hipersónico.
Los misiles hipersónicos serán las principales armas de la siguiente década. El Kinzhal (Daga) se utilizará en los aviones MiG-31. Estos sistemas permitirán a los jets rusos atacar objetivos enemigos desde distancias de más de 2.000 km, evitando los sistemas de defensa aérea del enemigo.
Caza ruso Su-57.
Global Look PressOtra novedad será el esperado avión de combate de quinta generación Su-57, que finalmente entró en producción cuando el Gobierno llegó a un acuerdo con sus constructores: la corporación Sujói. Será capaz de rivalizar con los Raptor y Lightning II de EE UU, tanto en el cielo como en los mercados de armas, al tiempo que proporcionan a las Fuerzas Aéreas rusas una maniobrabilidad inigualable y amplias posibilidades de combate.
En 2018, se entregó al Ejército el primer lote de 12 aparatos Su-57. Se espera que otros 76 aviones de combate de este tipo pasen a formar parte de la Fuerza Aérea de Rusia.
Estos dos proyectos son los de mayor envergadura. También hay proyectos de modernización de armamento más pequeños para todas las estructuras militares.
En este enlace puedes descubrir otros nuevos proyectos de armamento ruso.
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