Todo comenzó en 1895, cuando el gobernador de San Petersburgo, el barón Von Wahl dio permiso para conducir “bicicletas motorizadas”. Al año siguiente, el ministro de Ferrocarriles y Comunicación estableció las primeras normas para el tráfico de automóviles.
En 1900, el Consejo de la Ciudad de San Petersburgo adoptó una resolución que describía la forma en que se debían utilizar los automóviles. En realidad era similar al sistema actual. Se introdujo una licencia de conducir y para obtenerla había que aprobar un examen. Un aspirante a conductor tenía que demostrar que conocía la geografía local y también era necesario colocar una foto del conductor en la licencia.
Según la resolución del consejo de la ciudad, el conductor tenía que pasar por un control médico y el vehículo tenía que ser inspeccionado de manera regular por un experto. También se introdujeron las matrículas. Para poder conducir había que tener, al menos, 17 años y el vehículo no podía ir a más de 13 km/h.
En 1909 Rusia firmó la convención internacional sobre el tráfico por carretera, que establecía los estándares para los automóviles y los requisitos para los conductores. También se introdujeron señales de tráfico y las multas.
En 1910, aparecieron más autoescuelas en la capital rusa. Justo antes de la Revolución de 1917 había seis.
En 1906 se abrió el primer centro para enseñar a conducir en Rusia. Se llamaba Escuela de Conducción Imperial y se dedicaba a preparar a conductores y mecánicos para el servicio de automóviles del Emperador. Estos instructores probablemente enseñaron al heredero al trono, el joven Alexéi Romanov, a conducir un automóvil. Tuvo una versión en miniatura de un Peugeot, que conducía por los palacios imperiales.
Pocos años después de la Revolución bolchevique, el nuevo estado proletario aceptó las licencias de conducir emitidas por el estado zarista. En 1923 el gobierno soviético emitió su propio “Certificado sobre el derecho a conducir un vehículo de transporte”. Los conductores se dividieron en tres categorías en función de su antigüedad. Las autoridades locales emitían certificados y, a veces, las de una región se negaban a reconocer los documentos expedidos por otra.
En 1936 apareció una única versión, el certificado de conductor, bajo la jurisdicción del Ministerio del Interior. GAI, la Inspección Estatal de Automóviles, también se estableció en la URSS ese mismo año.
En 1968, la URSS se adhirió a la Convención de Viena sobre Señalización Vial y la licencia de conducir soviética fue reconocida internacionalmente. Algo más tarde, todos los medios de transporte en la URSS se dividieron en cinco categorías: A, B, C, D y E.
En la URSS había un permiso de conducción por puntos. Un conductor podía llegar hasta tres puntos, que se marcaban como agujeros en un cupón especial. Después del tercero, retiraban la licencia.
El carné de conducir moderno se introdujo en 1999. Aunque no fue hasta 2014 que cumplió con los requisitos internacionales modernos. Entonces los rusos comenzaron a obtener licencias para las 16 categorías y subcategorías de vehículos.
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