‘Es muy fácil convertirse en un feliz criador de gusanos’.
Nadiezhda Serkova“Tengo una muestra visual para ti... si aún no están muertos.” Una chica bajita con rastas largas abre una caja de plástico y yo retrocedo un poco.
Es cierto que esto es sólo una pequeña parte de lo que vive en su baño. Un día Nadezhda Serkova, una programadora de San Petersburgo, decidió fundar su propia granja de gusanos de harina (sus larvas se convierten en escarabajos de gusanos de harina). Y casi inmediatamente después decidió comérselos.
“En general, no me gustan los insectos; sin embargo, se mudaron conmigo. Después de un tiempo me acostumbré a ellos, luego intenté comerlos y todo se normalizó, aunque durante un tiempo no pude deshacerme de mi nerviosismo”, dice Nadia (diminutivo de Nadezhda). Ahora cree que los gusanos de harina no son diferentes a la carne o el pescado. “Proteína es proteína”.
“Todo comenzó con mi novio Seriozha (diminutivo de Serguéi) y mi amigo Mitia (diminutivo de Dmitri). Normalmente se les ocurren varias ideas brillantes al día. Un día se me acercaron y me dijeron: ‘¡Las lombrices son lo último!’. Habían leído sobre ello en la web Cómo sobrevivir con 100 rublos(1,7 dólares) [en la plataforma social VKontakte], donde los usuarios suelen publicar recetas baratas. Debía ser un post medio serio en el sentido de: chicos, también podéis comer gusanos, y son casi gratuitos. En aquel momento les dije que sólo podía ofrecerles mi apoyo moral.
Pero literalmente al día siguiente vimos el documental Wastecooking, la historia del ecologista austriaco David Gross que estudia el problema de los alimentos desechados y el consumo racional. La película incluía una historia de 15 minutos sobre gusanos de harina llevados a una escuela y niños que aprendían a hacer croquetas y galletas con ellos. En cualquier caso, en el documental se explicaba de forma convincente que ampliar los horizontes gastronómicos puede ser interesante. Después de eso decidimos que debía ser el destino y que debíamos intentarlo”.
“Es muy sencillo convertirse en un feliz criador de gusanos. Uno puede comprar las larvas en grandes tiendas de mascotas, donde las venden como alimento para reptiles, peces y aves. Puedes comprarlos a peso. El tipo siniestro de detrás del mostrador te preguntará: ‘¿Es para alimentar a una tortuga?’ Y tú responderás: ‘Es para alimentar a personas’ y verás que su estado de ánimo mejorará de inmediato.
Después se colocan en una caja (mejor una de plástico porque pueden masticar el cartón) y se espolvorean con alimentos derivados de los cereales: copos de avena, salvado, harina, etc. También, de vez en cuando, debes darles verduras como zanahorias, que son una fuente de agua. Varias semanas más tarde, los gusanos comestibles comienzan a pupar, luego se convierten en escarabajos, y luego comienza todo de nuevo. Un ciclo completo dura unos tres meses y medio.
No estábamos bien versados en la teoría, así que buscamos en Google. Y pronto nos dimos cuenta de que el nivel de temperaturas es importante. Hablar de una “granja” de gusanos de harina es, por supuesto, una exageración. En realidad, son sólo unas pocas cajas debajo de la bañera, un lugar adecuado debido a la alta humedad. Los chicos colocan los suyos en una superficie de trabajo en la cocina, así que con ellos el ciclo toma más tiempo.
Además, nuestros gusanos solían escapar. Seré honesta contigo: fue horrible. Llegas a casa y hay gusanos arrastrándose por todo el baño, todos los estantes y hasta en la bolsa de cosméticos. Ha pasado varias veces. Buscarás lápiz labial en tu bolsa de cosméticos y encontrarás un gusano”.
“Cuando se cocinan, los gusanos comestibles no tienen un olor o sabor fuerte. Para algunas personas saben a nuez y para mí a veces saben a champiñones. En realidad, se trata simplemente de ‘biomasa’.
Empezamos con croquetas de garbanzos y gusanos de la harina (proporción 1:3) porque de esta forma el plato no se ve tan... asqueroso. Si no conoces los ingredientes, nada en tu plato te recordará a los gusanos. Y luego abrimos un restaurante de un día e invitamos a todos a que nos vieran haciendo platos con gusanos de la harina y los probaran. Estábamos agregando gusanos de harina a la pasta y haciendo ensaladas, panecillos y algo así como faláfel con ellos, excepto que, en lugar de carne, usábamos gusanos de harina. También añadimos gusanos de harina en los caramelos de azúcar. Las personas que los probaron dijeron que las croquetas con gusanos de harina son mucho más tiernas que las de simples garbanzos.
Hoy en día, en Rusia se necesita un certificado especial si se quiere servir esta comida en un restaurante. No creo que nuestras intenciones sean tan serias. Mi objetivo no es alimentar a la gente con gusanos de harina ni salvar al mundo del hambre. Esta es una historia sobre la inspiración. Además, definitivamente sé que la gente hablará y escribirá sobre esto”.
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