Tres taxistas que se han hecho populares por su comportamiento extravagante

Ávidos lectores, tipos que tocan el ukelele o que tienen gran cantidad de dispositivos electrónicos.

1. El que toca el ukelele para subir el ánimo

Estás en un atasco en San Petersburgo cuando, de repente, escuchas el sonido de unas melodías hawaianas. No te alarmes ni llames a la policía. Se trata del taxista de San Petersburgo, Ruslán Gabdullin, de 22 años, que quiere que su vida sea menos deprimente y, si es posible, aliviar tu sufrimiento, al menos durante el trayecto.

“Veo que el 50-60% de los pasajeros se suben a mi taxi con caras largas. ¿Por qué no animarlos un poco?”, dice Gabdullin (enlace en ruso).

Cuando comenzó su experimento en pro de la felicidad, Gabdullin tenía un poco de miedo sobre cómo podrían reaccionar algunos pasajeros, especialmente a altas horas de la noche. Pero sus temores no tenían fundamento. “No ha habido nada negativo en absoluto, y casi siempre hay una sonrisa”, dice Gabdullin.

Afortunadamente para los pasajeros, el joven taxista solo se suelta en los atascos y en los semáforos. De lo contrario, la reacción podría ser ligeramente menos positiva.

2. El hombre de los dispositivos, amante del dinero

Este emprendedor conductor procedente de Barnaúl apareció en televisión cuando un sorprendido cliente publicó un video online de su trayecto en taxi: casi todo el salpicadero y el parabrisas estaban llenos de dispositivos, que el taxista, sediento de trabajo, utilizaba para tomar pedidos sin parar.

Según el pasajero, el conductor admitió durante el viaje que ganaba no menos de 10.000 rublos netos al día (unos 150 dólarles). La policía de tráfico le obligó rápidamente a echar la persiana después de que ganara popularidad en Internet.

3. El que hace descuentos y quiere que la gente lea

Los moscovitas se enteraron de la existencia del taxista moscovita Saveli (de apellido y edad desconocidos) cuando un cliente publicó un video en el que el conductor le ofrecía un descuento de 100 rublos si leía un libro durante el viaje, en lugar de jugar con su teléfono. Cuando lo aceptó le ofreció una selección de títulos clásicos: ediciones antiguas de Hemingway, Bábel, Bunin y Gógol.

“Quiero que la gente lea. Siempre se sientan en el asiento trasero pegados a sus teléfonos y redes sociales”, comentó el taxista.

No todo el mundo aprecia su enfoque paternal: algunos se marean al leer, mientras que a otros no les impresiona la selección de libros. “A decir verdad, la ficción no sirve a los jóvenes. Después de la universidad, es necesario leer libros de psicología y literatura relacionada con el trabajo”, comentó un usuario de Twitter.

Bueno, al menos lo ha intentado…

Alucinante persecución policial a un vehículo en Rusia (Video).

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