El fotógrafo Alexánder Jitrov hace reportajes fotográficos sobre las industrias que trabajan en el Lejano Oriente ruso para los medios de comunicación locales. Además de fotografiar instalaciones industriales, también hace retratos de gente común.
Constructor de casinos
“Si veo a un individuo que me llama la atención, siempre trato de hacerle una foto”, dice Alexánder. "Trato de hacer retratos de personas que miran directamente a la cámara, sin ninguna pretensión. Son más honestas que las fotos escenificadas”.
Conductor de camiones pesados
Alexánder conoció a uno de sus más memorables personajes en un monasterio aislado el pueblo de Tigrovo. El personaje fue a informar sobre la falta de electricidad y a plantear el tema a las autoridades locales. Pero la historia dio sus vueltas y terminó siendo sobre un inusual electricista que había escapado de una secta religiosa. “Se parece más a un bardo errante o a un amante de la música metal, si se pone una chaqueta de cuero”, escribió Alexander. Fue el único al que costó mucho fotografiar.
El electricista de Tigrovi
Este es el abad del monasterio, Hieromonk Amvrosi que invitó al fotógrafo a visitar Tigrovi. Tuvo una charla con Alexánder y el religioso le explicó que el monacato se está volviendo obsoleto, y muchos encuentran difícil servir a Dios. Debido a ello es el único residente permanente en el monasterio, mientras que hay laicos que entran y salen. Por cierto, tras la cobertura de Alexánder, las luces comenzaron a funcionar. Los caminos del Señor son inescrutables.
Amvrosi, abad del monasterio
Alexánder conoció a este buceador en una pequeña granja que cultiva y vende vieiras y trepang (pepino de mar). “Fuimos allí para fotografiarlos en sus jardines acuáticos”, explicó.
Buceador
Este hombre tiene dos profesiones. Maxim Kalennik trabaja como reportero para un canal de televisión y como secretario de prensa para una compañía de ferrocarriles locales. Maxim conoció a Alexánder en un evento de localización de trenes para periodistas.
Maxim Kalennik, reportero del canal de televisión Rossiya en Vladivostok y secretario de prensa de la compañía de trenes Express Primorie.
Alexánder se encontró con este leñador por azar, mientras estaba de vacaciones celebrando el Año Nuevo en Agzu, el asentamiento más septentrional de la región de Primorie, en el Lejano Oriente ruso. Es un lugar remoto y de difícil acceso: 14 horas en autobús desde Vladivostok hasta la ciudad de Ternei y luego un vuelo en helicóptero de 3,5 horas.
El día que Alexander tuvo que volver, no había ningún helicóptero disponible. Así que decidió viajar por mar. En el puerto vio que se descargaba madera de un barco que debía llevar a un grupo de leñadores de vuelta. Alexánder acordó viajar en barco e hizo una sesión de fotos de los leñadores durante el viaje. Según los estándares del Lejano Oriente ruso, los salarios de los trabajadores por turnos son buenos, por lo que, a pesar de las dificultades, la tala es un trabajo bien considerado.
Leñador
Cuando se le pregunta sobre la profesión más difícil que ha encontrado, Alexánder se esfuerza por responder. “A su manera, todo es difícil. Los leñadores pueden sentarse en una cabaña caliente, así que físicamente el trabajo no es tan duro como antes. Pero estar en un lugar salvaje durante un periodo tan largo, lejos de la familia, con otros chicos, donde el alcohol está prohibido y no puedes relajarte, es duro emocionalmente. Ser lechera [en la foto] también es duro, pero no por tener que ordeñar sino porque tienes que vivir permanentemente en medio de la nada, con vacas como única compañía”.
Lechera
Vladivostok es la sede de una sucursal de la empresa RosRAO, que se encarga de la eliminación de residuos nucleares. Alexánder fotografió a este trabajador en el astillero. “El salario de un estibador es bueno, pero el trabajo puede implicar exponerse a la radiación. Así que no es para todos, depende de la persona. Dicho esto, incluso un contable puede decir que ha tenido un día de trabajo duro”.
Estibador
Alexánder admite que él también tiene momentos difíciles en el trabajo, pero solo cuando tiene que sentarse durante horas en la oficina: “Soy un tipo de exteriores y me hacen sentarme en la oficina”. Alexánder dejó su trabajo en el canal de televisión y ahora trabaja por su cuenta. El retrato de la foto de abajo muestra a Yaroslav, apodado Troll, que vive como un punk desde hace casi 20 años. Trabaja ocasionalmente y gasta todo su dinero en instrumentos musicales.
Troll
Estas y otras imágenes pueden verse en la exposición “Foco lejano. Fotografías de Vladivostok” en el Centro Zarya de Arte Contemporáneo de Vladivostok hasta el 17 de mayo de 2020.
Mina de oro en Siberia, este quizá sea el lugar de trabajo más remoto del mundo.
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