Antes de ingresar en la Universidad Estatal de Bélgorod, Daniel no sabía casi nada de Rusia. Solo había visto algunos vídeos en YouTube sobre el país y pensaba, como la mayoría de la gente en América Latina, que en Rusia hace un frío tremendo a lo largo de todo el año.
Daniel siempre quiso estudiar en el extranjero. Eligió Rusia porque, según él, “fue la mejor opción que se le presentó”. Y hoy, después de pasar un año y dos meses estudiando en Bélgorod, cree que acertó. “La educación es muy buena y, lo que es muy importante, más barata que en Ecuador”, nos cuenta. Y lo que le gusta mucho es que aquí tiene la oportunidad de conocer a gente de otros países.
Daniel asegura que no tenía miedo de ir al país eslavo y resultó ser “mejor de lo que esperaba”. Aunque hay algunas cosas que le decepcionaron. Por ejemplo, la burocracia. Pero no le pilló desprevenido, ya que en Ecuador también existe este problema.
Al hablar de los rusos, dice que “es un mito que es es gente demasiado cerrada, porque hay personas diferentes en todos los países y todo depende de la situación o de tipo del carácter de cada uno”. Daniel describe a la gente rusa como “inteligente, seria y profunda”.
El estudiante ecuatoriano cuenta que en Rusia ha empezado a valorar más las cosas. Al vivir solo en un país extranjero, necesitas planificar su vida cotidiana con mucho detalle. Por ejemplo, ha aprendido a pensar cien veces antes de comprar cualquier cosa, para no gastar dinero en vano. “Estas cosas te hacen ver la vida de otra manera. Esta experiencia en el extranjero te cambia, hace que te desarrolles y amplia tus horizontes y puntos de vista”, nos cuenta Daniel.
Las mujeres rusas y su belleza es uno de los temas favoritos de la gente en América Latina. Daniel asegura que se cumplieron sus expectativas. “Sí, las mujeres rusas me parecen guapas. Es verdad que al salir a la calle encuentras a un montón de rusas bellas y simpáticas”.
Uno de los platos típicos rusos, que le llama mucha atención a Daniel es la grechka, el trigo sarraceno. “Nunca la había probado antes, pero me gusta”. Por supuesto, echa de menos la comida ecuatoriana, teniendo en cuenta que en los supermercados rusos casi no venden los los productos de su país. “Pero cuando en la caja te recibe una cajera guapísima como una actriz, la vida ya no te parece tan triste”, bromea Daniel.
Ahora mismo Daniel ve su futuro claro. “Lo mejor sería quedarse en el país después de acabar la universidad y encontrar un trabajo”, nos comenta. Dice que sí, podría vivir en Rusia toda su vida y formar una familia aquí, pero entiende que hay cosas que no dependen solo de él. De todos modos, esté donde esté, está seguro que volverá de visita a Rusia muchas veces.
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