“Ayer asistí a una reunión de padres a través de Zoom. Me sentí como si estuviera viendo una película. Una especie de mezclar entre una comedia de Woody Allen y una película de desastres de los años 90. Para cuando caen los títulos de crédito te das cuenta de que no entiendes nada”, escribió un periodista llamado Román en su perfil de Facebook, y consiguió 8.200 “me gusta” de padres como él, que tuvieron que asistir a reuniones de padres a través de Zoom y tratar de comprender las nuevas reglas.
Hace un mes no sabían todavía si sus hijos volverían a la escuela. En medio de las conversaciones sobre una segunda ola de la pandemia de coronavirus, todos los planes del Ministerio de Educación parecían pender de un hilo. La gente trataba de adivinar lo que podría suceder: “Una señal ominosa. El director preguntó si alguno de los niños necesitaba i-Pada”, escribió una madre preocupada.
Sin embargo, el 27 de julio las autoridades confirmaron que el 1 de septiembre los niños volverían a la escuela y que no se estaba considerando la escolarización remota a pesar de la amenaza que supone el coronavirus. De modo que se han introducido nuevas reglas en las escuelas.
De acuerdo con las reglas, los estudiantes de diferentes cursos llegarán a la escuela y comenzarán las clases en horas diferentes. De la misma manera, tendrán recreos separados. Cada clase tendrá un aula asignada donde se impartirán todas las lecciones (excepto las de química y educación física). Solo los profesores podrán pasar de una clase a otra. De modo que los niños no podrán conocer a los alumnos de otras clases.
Según algunos padres, para evitar que los niños se amontonen, sus escuelas han introducido incluso el uso programado de las escaleras de la escuela - diferentes clases las usarán a diferentes horas. Además, si es posible, se usarán diferentes puertas para entrar al recinto.
Para aquellos que tienen niños en diferentes escuelas, cumplir con las medidas anti-covid se convierte en una hazaña difícil de lograr. “Esta pregunta me ha estado molestando desde hace una semana. Leva y Yasha van a escuelas diferentes. Ambas tienen un espacio de 15 minutos para entrar en el edificio de la escuela. No puedes hacerlo antes o después de ese tiempo. Hay 15 minutos entre los 15 minutos de Leva y Yasha. Una escuela está cerca de la estación de metro Mendeléievskaia y la otra en la estación de metro Sportívnaia, en otra parte de Moscú. La pregunta es: ¿POR QUÉ NOS LO HACEN?”, señaló el manager de comunicación Ilyá Krasilshchik en las redes sociales.
El aislamiento de los niños ha afectado también a las actividades extraescolares y las escuelas han tenido que cancelarlas. Según la web de The Bell, para algunas estos cursos eran una importante fuente de ingresos.
Al mismo tiempo, no habrá un régimen estricto de mascarillas en las escuelas rusas. Los niños pueden andar sin utilizarlas. En cuanto a los profesores, se les exige que las usen en los pasillos y en los comedores escolares, pero depende de ellos si quieren usarlas en las aulas. El presidente ruso Vladímir Putin aludió a esta cuestión: “No es fácil para los maestros. Debemos entenderlo. Ahora, ¿nos resultaría fácil si estuviéramos sentados aquí hablando mientras tenemos que usar mascarillas? Después de 10 minutos nos habríamos sentido muy incómodos”.
Todas las demás medidas de precaución se han intensificado en las escuelas: el control de la temperatura a la llegada, la limpieza obligatoria de los locales con desinfectantes durante los descansos, la disponibilidad de desinfectante para las manos en todos los pisos, el tratamiento de la vajilla de la cantina, los lavabos, etc.
En cuanto a los test de Covid-19, los profesores y demás personal de la escuela se han sometido a pruebas obligatorias. Los niños no se han hecho pruebas y se supone que los padres deben llevarlos si surgen síntomas. Tampoco se habla de vacunación todavía. Cuando sea posible, los primeros en recibir Sputnik V, la primera vacuna rusa registrada, serán los profesores ancianos. Según el Ministro de Salud, Mijaíl Murashko, no se vacunará a los niños contra el covid este año (informamos por qué sería imposible aquí).
“Hemos estado aislados durante cinco meses (mi marido está en una categoría de riesgo). Da miedo enviar a nuestro hijo a la escuela el 1 de septiembre. Estoy considerando varias opciones, incluyendo acordar con el director de la escuela que nuestro hijo se quede en casa por lo menos durante el primer trimestre. En el peor de los casos habría un aprendizaje online permanente”, escribe una participante en un foro para madres. Sí, las “salas de chat” de los padres están que arden, y las propias escuelas no saben cómo llevar a cabo todas las recomendaciones, a pesar de que las personas que no quieren enviar a su hijo a la escuela son muy minoritarias en los foros.
En una entrevista con la web de noticias The Bell, un funcionario federal de educación explicó que las autoridades entienden que tanto los padres como los niños quieran volver a la escuela, y nadie había considerado seriamente la posibilidad de que no volvieran este otoño. Además, hay que tener en cuenta que la experiencia de cambiar las escuelas rusas a una enseñanza online al comienzo de la pandemia en la primavera fue un completo fracaso: el sistema educativo ruso no estaba en absoluto preparado para tal medida.
Rusia carece de un solo recurso de aprendizaje a distancia, por lo que el Ministerio de Educación se limitó a elaborar una lista de servicios de Internet recomendados y pidió a las escuelas que organizaran el proceso de enseñanza por sí mismas. El contenido de estas plataformas fue objeto de críticas generalizadas, y el llamado “aprendizaje a distancia” terminó siendo una imitación del aula escolar a través de sesiones colectivas de Zoom. No había lecciones online que pudieran verse a partir de grabaciones o realizarse de forma independiente; los métodos de aprendizaje fuera de línea resultaron ser completamente inapropiados para el trabajo online.
No ayudaron las constantes interrupciones del servicio, las bromas de los alumnos y algo tan básico como la ausencia de equipo técnico y de acceso a Internet en todas las familias. Según los datos del Servicio Estatal de Estadística de Rusia (Rosstat) para 2018 (no se dispone de cifras más recientes), el 72,4% de las familias rusas tienen ordenadores personales. Con el inicio del aprendizaje a distancia, en algunas aldeas remotas que no están conectadas a Internet los alumnos recibieron sus deberes a través del servicio postal ordinario. Por esta razón, el Ministerio incluso pidió a las regiones con las peores tasas de infección Covid-19 que terminaran el año escolar antes de tiempo para los estudiantes entre uno y ocho años.
Todavía no está claro que va a suceder este año escolar si llega una segunda ola de covid. Los funcionarios dicen que se están considerando varias opciones; incluyendo el aprendizaje a distancia que todo el mundo está ahora tan empeñado en evitar. Por el momento, el procedimiento a seguir es que si se detecta el virus en un alumno, toda la clase será enviada a una cuarentena de dos semanas, y no toda la escuela. Quedan muchas preguntas. “Corta los dos lados: ¿cómo pueden poner a los niños en cuarentena sin incluir a los padres? ¿Qué pasaría si un maestro se enferma? Todos estamos en contacto, después de todo”, dice un profesor de Moscú, expresando su perplejidad. Lo que se comenta en los pasillos de las escuelas es que las dos primeras semanas serán cruciales. Después de este tiempo los funcionarios analizarán la situación epidemiológica y tomarán una decisión. Los padres que decidan no enviar a su hijo a la escuela se les pedirá que arreglen algo directamente con los maestros y que hagan “lo que crean conveniente”.
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