Nunca chupes un cuchillo para con comida, nunca hay que dar la mano al otro lado de la puerta, nunca hay que dejar que una mujer que lleva un cubo de basura vacío se cruce en tu camino... Si ocurren alguna de estas cosas, “seguro” que te ocurrirá algo terrible. En Rusia hay innumerables normas dictadas por las creencias supersticiosas.
Sin embargo, por muy irracionales que parezcan a primera vista, a veces hay una severa lógica que podría explicar por qué sobreviven estos comportamiento.
Propensos a creer
La última gran encuesta realizada por el Levada Center (una organización independientes sin ánimo de lucro que está en la lista de agentes extranjeros) que mide el grado de superstición de los rusos se llevó a cabo en 2017. Mostró que el 55 % de la población del país creía en las supersticiones, mientras que al 16 % le resultaba difícil responder con certeza. Esto dejaba un 30% que dudaba o renunciaba completamente a las supersticiones.
Teniendo en cuenta las estadísticas, no hay nada de qué sorprenderse cuando un ruso empieza a buscar urgentemente madera para golpear o se niega a pasar el dinero en efectivo de mano en mano, dejándolo en una superficie para que lo recojan en su lugar. Para muchos -incluso para los escépticos- la observación de diversos rituales supersticiosos se ha convertido en una rutina intrínseca que no requiere racionalización.
“En general no creo en las supersticiones, pero lo curioso es que cuando veía a un gato negro cruzar la carretera delante de mí, me daba cuenta de que inconscientemente evitaba seguir adelante hasta que otro lo hacía. A veces, incluso me detenía y esperaba a que otros se adelantaran. Supongo que alguien me lo había contado una vez y se me grabó en el subconsciente de una vez por todas”, dice Dmitri, moscovita de 32 años.
Crecer en un entorno en el que se imponen continuamente las supersticiones podría ser una de las razones por las que las generaciones más jóvenes no son inmunes a creer en lo irracional.
“Sé que es irracional creer en supersticiones. Aun así, en mi interior empiezo a preocuparme si, por ejemplo, derramo accidentalmente sal. Aunque me doy cuenta de que la sal derramada no puede provocar un conflicto. Me lo han repetido desde la infancia”, dice Julia, de 21 años, de Moscú.
Fe y religión
Algunos han observado que la creencia en las supersticiones entre los rusos va de la mano de la difusión de la fe. Cuanto más religiosa es una persona, más cree en las supersticiones, dice la teoría.
El expatriado Walter Smith, que llegó a Rusia por primera vez en la década de 1990, dijo que le sorprendió lo susceptible que parecía ser el pueblo ruso a las supersticiones y las creencias irracionales. “Me di cuenta de la superstición, la irracionalidad, la credulidad, la falta de lógica, la falta de referencia a la ciencia, la falta de referencia a las estadísticas y a las pruebas del mundo real. Por ejemplo, la creencia francamente absurda de que un icono religioso en un coche te protegerá de los accidentes (a pesar de tener una tasa de accidentes de tráfico y de muertes mucho más alta que los países europeos que no tienen iconos en los coches)”, dijo Smith.
La encuesta de Levada muestra que la profunda religiosidad puede ser una de las causas de la aceptación generalizada de las supersticiones en Rusia, ya que se dice que las personas religiosas tienden a tomar las supersticiones al pie de la letra.
“Los encuestados ortodoxos (34% del total) son más propensos que otros grupos a creer en todos los fenómenos irracionales. Por el contrario, los ateos tienden a no creer no solo en la existencia de Dios, sino también en la vida eterna, el Reino de los Cielos, los milagros religiosos, etc. Son menos supersticiosos: entre los ateos, la proporción de los encuestados que creen en el mal de ojo es significativamente menor que entre los que creen”, según la investigación basada en la encuesta del Centro Levada.
La utilidad de lo irracional
Las supersticiones más comunes que prevalecen en Rusia pueden parecer irracionales a primera vista, pero asimilarlas es una manera de acercase al corazón de la cultura rusa. Además, conocer las supersticiones más comunes puede facilitar la vida de un recién llegado que intenta integrarse en el país.
Por ejemplo, la creencia aparentemente irracional de que un número par de flores es un mal presagio está tan extendida en Rusia que regalar un número par a una persona es garantía de fracaso. En la raíz de esta superstición se encuentra la antigua creencia eslava de que los números pares representaban el final del ciclo vital. En la Rusia moderna, un número par de flores está estrechamente relacionado con los funerales. Conocer y cumplir esta regla seguramente facilitará la vida de cualquier persona en el país.
Otra superstición que dicta que todos los miembros del grupo deben sentarse antes de emprender un viaje ofrece una excelente oportunidad para calmarse en un momento de prisas y pensar en lo que uno podría haber olvidado.
Romper accidentalmente vasos o platos de cristal se traduce en buena suerte según la superstición rusa, lo que, a su vez, hace más llevadera la pérdida para el propietario de la vajilla desaparecida.
Presumir del éxito futuro -que se dice que trae mala suerte- mantiene a la gente humilde. Y si le pica el ojo derecho, no se preocupe por la posibilidad de contraer conjuntivitis: puede significar simplemente que algo le hará feliz pronto.
Haga clic aquí para ver las diez supersticiones rusas más comunes
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