El cruel sicario del KGB que perdió todo por el amor a una mujer

Kira Lisitskaya (Foto: Servicio de Inteligencia Exterior de Ucrania)
Bohdan Stashinski ejecutó sin piedad a enemigos del estado pero acabó huyendo de la URSS tras enamorarse de una mujer con ideas políticas muy diferentes a las suyas.

El 12 de octubre de 1957, Lev Rebet, una de las figuras clave del movimiento nacionalista ucraniano en el exilio, llegó a su lugar de trabajo en Munich. Cuando Rebet subía las escaleras del edificio de oficinas, vio a un joven. Cuando el hombre se acercó a Rebet, levantó la mano, le disparó un tiro de niebla en la cara y salió rápidamente del edificio. Rebet murió inmediatamente de un paro cardíaco, o eso parecía.

El asesino fue Bohdan Stashinski, un hombre reclutado por el KGB para perseguir y ejecutar a los enemigos del estado soviético en el extranjero. No sabía que su pasión por una mujer alemana le convertiría también en un objetivo.

Polizón

Stashinski descubrió su insólito talento por pura casualidad poco después de que terminara la Segunda Guerra Mundial. Detenido por viajar en tren sin billete, el estudiante del Instituto Pedagógico de Lviv, con poco dinero, fue reclutado por la inteligencia soviética en el acto.

El joven interesaba al aparato de seguridad soviético porque procedía de una familia estrechamente vinculada al movimiento nacionalista ucraniano, encabezado por la controvertida figura de Stepan Bandera, ardiente anticomunista, que juró lealtad a Adolf Hitler cuando las tropas nazis invadían la Unión Soviética y dirigió la organización responsable de numerosos delitos, como asesinatos, secuestros y falsificaciones.

“Cuando fue reclutado, adoptó muchos de los principios de la ideología comunista como autojustificación. Se convenció de que la clandestinidad armada estaba condenada y de que el régimen comunista tenía cosas positivas para Ucrania y para el conjunto de la Unión”, afirma en una entrevista Serhii Plokhy, profesor de historia ucraniana en la Universidad de Harvard.

Durante algunos años, Stashinski perfeccionó sus habilidades infiltrándose en redes clandestinas de nacionalistas ucranianos y desbaratándolas con sus colegas del KGB. Pero su habilidad con los idiomas, su decisión y, sobre todo, su astucia le convirtieron en el candidato ideal para el trabajo sucio que tenía planeado en la cima de la jerarquía soviética. Stashinski se fue al extranjero, a la Alemania de la posguerra, con la misión de matar al hombre adorado por su familia y aborrecido por Moscú: Stepán Bandera.

Matar al enemigo del Estado

En 1957, Stashinski se instaló en Berlín bajo la nueva identidad de Josef Lehmann. Después de que probara con éxito una pistola de niebla venenosa, que no dejó ninguna señal de muerte forzada en su primera víctima, Lev Rebet, sus manipuladores aprobaron la muerte de Bandera, que residía en Múnich, también con otra identidad.

El 15 de octubre de 1959, Stashinski siguió a su objetivo hasta el porche de su casa. Al acercarse a Bandera, que luchaba con la cerradura, el sicario le preguntó si la llave estaba bien. Cuando Bandera levantó la cabeza para responder, Stashinski le disparó niebla venenosa en la cara. El hombre se desplomó al instante y murió poco después.

La misión estaba completa y debería haber recibido felizmente reconocimientos y condecoraciones en Moscú, pero su éxito se vio ensombrecido por una preocupación personal de naturaleza delicada. Durante su estancia en Berlín, el espía soviético se había enamorado de una mujer alemana local que, irónicamente, era una ardiente anticomunista.

Amante desesperado

“[...] A pesar de la prohibición de sus superiores en el KGB, insistió en una reunión con Shelepin [el jefe del KGB de la época] en que se le permitiera casarse con Inga Pohl, una alemana de la RDA, que era muy antirrusa y antisoviética”, dijo Plokhy.

La amante alemana del agente del KGB no conocía la verdadera ocupación de su pareja. Cuando Stashinski se sinceró con ella, Pohl se escandalizó, pero no denunció a su amado.

Sorprendentemente, el KGB permitió a Stashinski casarse con la mujer de su elección y ambos se instalaron en Moscú. Cuando llegó el momento de que Pohl diera a luz al hijo de Stashinski, se le permitió ir a su Alemania natal. Pero el espía que se comprometió al casarse con una mujer de convicciones claramente antisoviéticas, que se revelaron durante la estancia de la pareja en Moscú, estaba obligado a permanecer en la URSS.

“No creo que fuera un fanático, pero las ideas propagandísticas que se le ofrecieron como justificación de sus actividades, las aceptó y pasaron a formar parte de su nueva identidad. [...] Su deseo de casarse con Inga y ciertas dudas sobre la ideología comunista, debido a su educación religiosa, sugieren que hubo una lucha entre estos dos inicios: la educación familiar y el servicio en el KGB. Al final, este conflicto culminó con su huida a Occidente”, dijo Plokhy.

Solo cuatro meses después de su nacimiento, el hijo de Stashinski murió en Alemania. Al espía se le permitió asistir al funeral, pero aprovechó la oportunidad para huir de la Unión Soviética y revelar detalles de sus operaciones a la CIA. 

El 13 de agosto de 1961, Stashinski y su esposa se escabulleron de su casa, dejando el ataúd sin enterrar con su hijo fallecido. Stashinski se entregó a la policía en Alemania Occidental y posteriormente fue entregado a los agentes de la CIA.

Sus revelaciones desencadenaron una audiencia judicial de gran resonancia, en la que los nombres de Shelepin y Jruschchov salieron a relucir en relación con los asesinatos en Alemania. Considerado como un mero autor de asesinatos por motivos políticos, Stashinski recibió una sentencia comparativamente corta de ocho años de prisión.

Inga Pohl se divorció del condenado y, tal vez, desconsolado espía soviético en 1964, antes de que fuera puesto en libertad condicional en 1967. Tras ser liberado, Stashinski cubrió sus huellas con maestría. Según varias fuentes, podría haberse ido a EE UU o a Sudáfrica, cambiando su apariencia mediante cirugía plástica. No se sabe con certeza si el sicario retirado sigue vivo en la actualidad.

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