Los primeros parques infantiles de Rusia no se parecían en nada a los actuales. En primer lugar, a menudo eran una zona vallada con un pequeño cobertizo y una mesa, sin toboganes ni columpios. En segundo lugar, eran para niños de familias desfavorecidas. En tercer lugar, sólo se podía acceder a ellos con cita previa.
Los primeros parques infantiles eran proyectos de organizaciones benéficas. Así es como las ciudades trataron de controlar la falta de vivienda y la delincuencia juvenil. Debido a que la función principal de los parques infantiles era pedagógica, nadie vio la necesidad de los toboganes. Podría haber una mesa y un banco en medio de un terreno vacío, y sólo un pequeño cobertizo para guardar el equipo y los juguetes. Los voluntarios trabajaban en los patios de recreo para mantener el orden y la ocupación de los niños.
Otro detalle es que los primeros parques infantiles sólo funcionaban cuando las estaciones eran cálidas y se construían en zonas para los pobres. En general, era más bien un jardín de infancia para los socialmente desfavorecidos.
Después de la revolución, los patios de recreo se modificaron para ser utilizados para la educación política. Junto a la zona de juegos se podían ver eslóganes sobre la victoria del proletariado, la revolución mundial, o sobre la ausencia de Dios y en contra de los curas. Se solía repartir comida para atraer a más niños.
Con la aparición en 1931 del GTO [abreviatura de "Preparación para el Trabajo y la Defensa, en ruso, que era nombre del sistema de normas de educación física para la población] los terrenos empezaron a parecerse a un campo de entrenamiento: barras horizontales, estructuras de equilibrio (a veces de dos pisos de altura).
Todo ello reflejaba al máximo lo que se esperaba que fuera un niño soviético de mayor: fuerte, con motivaciones políticas y... sin miedo.
En todo el país se publicaron recopilaciones con dibujos y descripciones de tiovivos y toboganes (cada atracción tenía su propia norma nacional), bancos típicos e incluso vallas. Los patios de recreo se convirtieron en lugares de reunión durante todo el año y se trasladaron de los barrios desfavorecidos a las escuelas y los parques. Pero cada vez había menos cuidadores.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el diseño de los parques infantiles adquirió motivos nacionales: columpios en forma de gallo, arquitectura de madera, dibujos de héroes épicos.
Durante el periodo del realismo socialista llegó la moda de las siluetas metálicas de animales o figuras abstractas, que a veces alcanzaban varios metros de altura.
En plena Guerra Fría y exploración espacial, se añadieron motivos de cohetes y naves espaciales. Todos los niños soviéticos sabían quiénes eran Yuri Gagarin y Valentina Tereshkova.
Por lo general, el diseño de parques infantiles pasó a ser un esfuerzo colectivo; incluso resultaba difícil encontrar autores individuales. Algo que se hizo casi imposible durante el período de construcción masiva de bloques de apartamentos. Junto con los barrios con casas idénticas, también comenzaron a reproducirse los parques infantiles. Ahora no eran los arquitectos paisajistas los que trabajaban en ellas, sino las oficinas de mantenimiento de las urbanizaciones las que afectaban a su aspecto: tendían a simplificarse y eran muy parecidas entre sí.
En la década de 1990, tras la caída de la URSS, casi no se construyeron nuevos parques infantiles durante diez años. Sólo los ejemplos de los últimos años de la Unión Soviética estaban disponibles para los niños. Debido a la mala situación económica, muchos de ellos están en un estado ruinooso y oxidados. La imagen típica de un parque infantil en los años 90 y principios de los 2000 era un tobogán medio deteriorado y columpios chirriantes sobre el fondo gris de una torre de apartamentos.
La segunda mitad de la década de 2000 fue otro punto de inflexión. El desarrollo residencial masivo influyó en el aspecto del típico parque infantil. En las principales ciudades del país han aparecido modernos parques infantiles hechos de madera contrachapada resistente al agua. Sus colores característicos son el azul, el amarillo, el rojo y el verde. Estos también eran diseños estandarizados porque eran producidos por una empresa monopolista de Rusia.
Estos lugares no tenían en cuenta en absoluto las peculiaridades de la arquitectura circundante, y también envejecían con bastante rapidez. Sin embargo, eran mucho más cómodas y seguras que los de la tardía época soviética. La seguridad de los parques infantiles soviéticos se ha convertido incluso en un meme por derecho propio.
Con el tiempo, el mercado ruso fue ocupado por otras empresas, lo que afectó a la variedad y calidad de las áreas de juego. Los parques infantiles de autor se han convertido en una de las ventajas competitivas de los promotores frente a los compradores potenciales. De nuevo se encargan especialistas, esta vez de estudios de arquitectura.
Algunos de los parques infantiles actuales son como ciudades individuales, con un sistema de toboganes, camas elásticas, una pista de obstáculos y torres.
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