El principal reloj del país y una de las torres más reconocidas del mundo. El presidente ruso pronuncia su discurso anual de Año Nuevo con la Torre Spásskaia como telón de fondo.
Fue construida por el arquitecto italiano Pietro Solari en 1491. Se llamaba Frolóvskaia Strélnitsa (por la iglesia cercana). Casi 200 años más tarde, el icono milagroso del Salvador no hecho por las manos fue llevado a través de ella a la Catedral de la Asunción del Kremlin, y la torre se llamó Spásskaia y Santa: desde entonces sólo se podía pasar por ella a pie y sólo sin sombrero.
El reloj de la torre Spásskaia apareció por primera vez en 1625, fabricado por los ingleses, y desde entonces se ha modificado varias veces. La versión actual es de principios del siglo XIX.
El primer campanario fue de madera y apareció en el siglo XVI en la catedral de Santa Sofía. Ya entonces, además de 11 campanas, tenía una cosa rara en aquella época en Rusia: un reloj. Pero un incendio destruyó el campanario.
El que vemos hoy se construyó en 1869-1870 en la grada inferior que se conserva. Así, apareció un campanario de 73 metros de estilo pseudogótico en el que también se instaló el mecanismo del reloj.
La “torre de Pisa” de la pequeña ciudad de Neviansk, en los Urales, tiene una inclinación de casi 2 metros. Se construyó en 1721-1725 por orden del empresario Akinfi Demídov. La torre estaba coronada por nueve campanas y un reloj de carillón de fabricación inglesa. Según la leyenda, la torre se diseñó intencionadamente con una inclinación: la desviación hacia Tula simbolizaba el respeto a la ciudad natal de la dinastía Demídov.
A lo largo de los años, la torre ha servido de campanario, de torre de vigilancia, de archivo de una fábrica, de oficina, de laboratorio e incluso de prisión. Hoy forma parte del Museo de Historia Regional de Neviansk.
Este era el campanario de la catedral de Víborg que fue destruido durante la guerra soviético-finlandesa. El edificio principal de la antigua Víborg medieval: las paredes del campanario siguen siendo de cantos rodados y tienen casi 2 metros de grosor en la base. Después de la guerra, la torre tuvo que cambiar su función: se convirtió en una torre de reloj y también en una torre de vigilancia para el cuerpo de bomberos de la ciudad.
Todavía lleva las mismas campanas con la inscripción de donación que fueron regaladas a la ciudad por Catalina la Grande hace casi tres siglos.
Una torre de reloj que se asemeja al Big Ben fue concebida en Krasnoyarsk, una ciudad de Siberia oriental, en la década de 1960. Durante mucho tiempo, hasta 2001, la esfera del reloj era electrónica y mostraba no sólo la hora, sino también la temperatura.
Cuando el mecanismo quedó obsoleto, fue sustituido por un reloj con esfera mecánica.
El reloj de la tumba de los emperadores rusos apareció en 1776. Lo llevaron de Holanda, país del que tanto se tomó prestado durante la construcción de San Petersburgo.
Con su aguja de 40 metros, la Catedral de Pedro y Pablo fue el edificio más alto de Rusia hasta 1952.
La torre puntiaguda de la otrora principal iglesia católica de Königsberg, en Prusia Oriental, estaba coronada por un llamativo reloj. Se hizo a mediados del siglo XVII, pero el reloj de la torre no sobrevivió hasta hoy debido a la Segunda Guerra Mundial.
El reloj de la torre reproduce ahora el aspecto del reloj de antes de la guerra, pero es un mecanismo moderno y comprueba la hora por satélite.
El edificio de la estación de Sochi fue diseñado por Alexéi Dushkin, uno de los principales arquitectos del metro de Moscú. A su vez, al crear la torre del reloj se le ocurrió un enigma que lleva medio siglo sin ser resuelto. El arquitecto decoró la esfera con los signos del zodiaco, pero eliminó los signos de Acuario, Tauro y Escorpio del círculo zodiacal, sustituyéndolos por las constelaciones de los Perros de caza, el Cisne y la Serpiente. Mezcló todos los signos, dejando sólo a Leo, Virgo y Libra en sus lugares.
Existe la versión de que la misteriosa cifra está relacionada con las creencias de los eslavos. Los perros sabuesos de las imágenes antiguas están enjaezados en el carro de Dazhdbog, el patrón de la fertilidad y el sol. La serpiente está personificada por Velés, el dios de los narradores. Lada, diosa de la primavera y el amor, está asociada a la imagen del cisne blanco en la mitología eslava.
Según otra versión, Dushkin, fascinado por el estilo arquitectónico del Antiguo Egipto, codificó en el dial la fecha de finalización de la estación.
A cuatro horas en coche de Moscú se encuentra la antigua ciudad de Súzdal, cuya parte histórica ha conservado gran parte de su estilo original de la Rusia antigua y objetos únicos. Una de ellas es la torre del kremlin de Súzdal, con una esfera similar a las campanadas del Kremlin de Moscú. Pero el reloj de Súzdal tiene letras en lugar de números. Estas esferas se utilizaban en la época anterior a Pedro el Grande, cuando los números se escribían en alfabeto cirílico.
Hasta Pedro I había incluso letras en las campanas del Kremlin de Moscú, pero el zar-reformador no sólo reelaboró (simplificó) el alfabeto cirílico, sino que también puso los números de forma occidental.
La torre de agua de Svetlogorsk, la antigua ciudad balneario alemana de Rauschen (hasta 1947), es una tarjeta de visita de la ciudad. Se construyó según un diseño del arquitecto Otto Walter Kukkuk en 1900-1908, y perteneció al Balneario Marino.
El reloj de sol apareció en él bajo el régimen soviético en 1978. La esfera con el sol y las constelaciones zodiacales está tan integrada en el edificio que mucha gente piensa que el reloj siempre ha estado ahí.
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