El comienzo del siglo XX fue un momento difícil para los judíos rusos, a quienes se les permitió vivir solo en la llamada Zona de Asentamiento y a menudo se enfrentaron a violentos pogromos. Por ejemplo, alrededor de 800 personas murieron en 1905 durante ataques relacionados con disturbios políticos.
La Zona de Asentamiento fue abolida después de la Revolución de Febrero de 1917, pero como todas las demás nacionalidades, los judíos sufrieron terriblemente durante la Guerra Civil (1918-1921) cuando facciones militares de todos lados les robaron, hostigaron y asesinaron con impunidad.
Alrededor de 200.000 judíos murieron durante la guerra civil, según las estadísticas. Cuando volvió la paz y el poder soviético se consolidó, el gobierno comenzó a preguntarse: ¿cómo manejar "la cuestión judía"?
Refugiados judíos en el aire libre en Rusia.
Iósif Stalin, quien concentró todo el poder en sus manos en 1924, era considerado un antisemita. Sin embargo, negó enérgicamente tales afirmaciones y llamó al antisemitismo "un remanente del canibalismo". Sin embargo, sintió que había que hacer algo con los judíos soviéticos.
Después de la Revolución de Octubre, el comercio y la artesanía a pequeña escala (las principales ocupaciones de los judíos) fueron vistos negativamente por razones de clase. Entonces, el gobierno planeó convertir a los judíos en campesinos.
Stalin estaba ansioso por hacer que la población judía dispersa por todo el país viviera en un territorio claramente definido y con autonomía nacional, algo de lo que gozaban muchas otras nacionalidades soviéticas. Además de ayudar a resolver problemas domésticos, la creación de un "sionismo socialista" especial para los judíos soviéticos también ayudaría a Moscú a competir con el proyecto sionista de Palestina, que estaba cobrando impulso en este momento. ¿Pero dónde colocar esta "Tierra Prometida" soviética?
El primer intento se llevó a cabo en 1926, cuando Moscú anunció el apoyo a la fundación de una región autónoma judía en Crimea, donde se trasladarían unas 96.000 familias judías.
El proyecto adquirió una dimensión internacional cuando en 1929 la URSS firmó un acuerdo con el American Jewish Joint Distribution Committee, una organización de ayuda judía con sede en Nueva York. Donó 1,5 millones de dólares al año para financiar el reasentamiento judío de la "California crimea".
La URSS comenzó a equipar comunas en Crimea para que los judíos vivieran allí. La cosa empezó bien: se crearon varias comunas y allí se trabajaron con éxito plantando semillas y criando ganado. Sin embargo, pronto surgieron problemas: algunos grupos locales, envidiosos de los bien financiados judíos de Crimea, comenzaron pogromos y crearon serios disturbios en la península.
Insatisfecho por esta situación, Stalin cerró lentamente la "California crimea" e ideó un nuevo plan: trasladar a los judíos a zonas remotas de Siberia, donde había mucha tierra y pocas razones para entablar conflictos como los acontecidos en la península del Mar Negro.
En 1928, las primeras familias judías comenzaron a mudarse a la cuenca del río Amur, cerca de un pequeño pueblo, Tíjonkaia (literalmente "Tranquilo"). Gradualmente, se transformó en la ciudad de Birobidzhán (6.000 km al este de Moscú), y se convirtió en la capital de la Región Autónoma Judía.
Birobidzhán, capital de la Región Autónoma Judía.
Serguéi Metélitsa/TASSLas revistas judías soviéticas oficiales publicaron poemas y cuentos dedicados a esta región, que se conocería desde entonces como "la Palestina soviética", una patria largamente esperada para un pueblo sin tierra.
Sin embargo, este proyecto para dar tierras a los judíos soviéticos no fue mucho más allá de colgar letreros en yiddish junto con los que estaban en lengua rusa. El viaje a Birobidzhán fue extremadamente largo y arduo, y el reasentamiento estuvo mal organizado. El estado administrativo de la región tampoco estaba claro: no era una república, sino simplemente una "región autónoma" con privilegios inciertos dentro de la región de Jabárovsk. Luego, en 1935, Stalin decidió no otorgar una autonomía real a la región, dejando a los judíos soviéticos sin estado.
Familia de granjeros en Birobidzhán, Región Autónoma Judía.
Getty ImagesAdemás, Stalin no estaba dispuesto a permitir judíos del exterior se mudaran allí, incluso en la década de 1930, cuando muchos hebreos intentaban escapar de los países europeos amenazados por los nazis. Además, el líder soviético ejecutó a muchos de los funcionarios judíos de la región tanto antes como después de la Segunda Guerra Mundial.
Con la fundación del Estado de Israel en 1948, los judíos tuvieron un lugar mucho más atractivo que trasladarse a una región remota del norte de Asia. Además, Israel se convirtió pronto en un adversario político de la URSS, por lo que, hasta su muerte, Stalin fue escéptico en cuanto a apoyar a los judíos.
"El mismo Stalin arruinó la Región Autónoma Judía como un hogar nacional [del pueblo judío]", concluye Valeri Gurévich, un historiador regional en su libro sobre la historia de la región.
La región autónoma judía todavía existe, y Birobidzhan hoy tiene una población de aproximadamente 75.000. Según el censo de 2010, los judíos representan solo el 1 por ciento de la población. Casi 90 años después de que se plantease la idea, está claro que los planes para crear una "Palestina del Lejano Oriente" no tuvieron éxito.
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