Los años austeros que siguieron a la Revolución de 1917 y la Guerra Civil (1917-1922) llevaron el sistema de salud en Rusia casi de vuelta a la Edad Media. El recién formado estado soviético sufrió epidemias devastadoras de cólera, fiebre tifoidea y viruela, y carecía de personal calificado, hospitales y medicamentos.
En los primeros años del poder soviético, la tasa de mortalidad se triplicó, mientras que la fertilidad se redujo a la mitad. Se necesita urgentemente un sistema centralizado de asistencia médica.
El estado soviético introdujo un sistema unificado de atención médica para todo el país, desde Moscú y Leningrado hasta las aldeas más remotas y distantes. Todos los ciudadanos fueron asignados a instalaciones médicas en los lugares donde vivían.
El primer punto de atención para los pacientes eran los puestos de primeros auxilios. Después de ellos, los pacientes podían ir a policlínicas en sus distritos. Si era necesario, recibían ayuda en los hospitales del distrito o de la ciudad. En casos especialmente graves, los pacientes eran enviados a instituciones médicas especializadas. Se estableció un sistema similar para los niños.
Además, se creó un sistema de hospitales departamentales. Cada uno de ellos prestaba atención médica a su propio grupo de trabajadores: policías, ferroviarios, aduaneros, mineros, etc.
El derecho a la atención médica gratuita fue establecido en la Constitución soviética de 1936 como uno de los derechos básicos del pueblo soviético, junto con el derecho a la educación, el derecho al trabajo, etc.
En la Unión Soviética se prestó gran atención no sólo al tratamiento médico, sino también a los métodos preventivos. Se estableció una amplia gama de dispensarios, especializados principalmente en enfermedades venéreas, alcoholismo y tuberculosis. Estas instalaciones no sólo trataban a los pacientes, sino que también les acompañaban en su vida diaria, dispuestos a prevenir las posibles amenazas que pudieran representar para los demás.
Otra medida preventiva generalizada era la vacunación, obligatoria para todos: desde los niños hasta los adultos. Era habitual que a un ciudadano se le negara un trabajo si no aceptaba recibir una serie de vacunas concretas.
El sistema soviético de atención médica dio especialmente sus frutos durante la Gran Guerra Patria (1941-1945). Los médicos pudieron devolver al campo de batalla al 72% de los heridos y al 90% de los soldados enfermos, más de 17 millones de personas.
El sistema de atención médica en la Unión Soviética incluía no sólo hospitales y policlínicas, sino también una amplia gama de sanatorios y centros turísticos. Los sanatorios eran una parte continua del tratamiento médico, mientras que los centros turísticos también desempeñaban un papel importante en la rehabilitación.
A pesar de que la atención médica era gratuita, algunos servicios (en el período soviético tardío) requerían de un pago. Además, era una tradición agradecer extraoficialmente sus atenciones a los médicos con diferentes tipos de regalos, desde cajas de chocolates hasta botellas de coñac.
Después de la caída de la Unión Soviética, el sistema de atención médica estatal sigue siendo en su mayor parte gratuito en Rusia. Sin embargo, la calidad hoy en día deja mucho que desear. Se enfrenta a la competencia de clínicas privadas que a menudo ofrecen a sus clientes una asistencia médica más cualificada.
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