La Plaza Roja se ha utilizado desde tiempos antiguos como lugar de comercio, principalmente. Además, la gente se reunía en Lóbnoie Mesto (una plataforma de piedra de 42 pies de largo cerca de la catedral de San Basilio) donde se leían importantes decretos zaristas –y en ocasiones– se llevaban a cabo ejecuciones públicas. De hecho, en el imaginario popular Lóbnoie Mesto evoca un lugar donde se llevan a cabo los juicios y las ejecuciones.
Durante el período soviético, cuando la capital volvió de nuevo a Moscú, la Plaza Roja se convirtió en la sede principal de los eventos y desfiles oficiales del Estado. El desfile con material militar dedicado a la victoria en la Segunda Guerra Mundial se sigue celebrando aquí cada año.
La Plaza Roja, situada justo al lado de las murallas del Kremlin, es un lugar estratégico. Se espera que la gente se comporte aquí de determinada manera y hay numerosas cámaras de circuito cerrado. Y, según los rumores, la zona está repleta de agentes de servicios especiales vestidos de paisano. Sin embargo, también se han producido acontecimientos que ni siquiera los mejores oficiales de los servicios de seguridad de Rusia han podido evitar.
En los días finales de la Guerra Fría, en 1987, un piloto alemán aficionado causó sensación: aterrizó su avioneta, sin autorización oficial, en el puente Bolshói Moskvoretski que conducía a la Plaza Roja y se dirigió en taxi a una parada cerca de la catedral de San Basilio.
Después de alquilar una avioneta en Helsinki logró cruzar la frontera soviética sin ser detectado por el radar. Posteriormente lo localizaron pero los mandos militares soviéticos fueron cautelosos y no quisieron derribar un avión civil, así que simplemente rastrearon su vuelo. Al salir de la cabina, Mathias Rust comenzó a dar autógrafos, pero dos horas más tarde ya estaba bajo arresto, acusado de vandalismo y de cruzar ilegalmente la frontera soviética.
En 1991 jóvenes artistas del movimiento ETI (abreviatura rusa de “Expropiación del Territorio del Arte”) se instalaron en la Plaza Roja con sus cuerpos formando una palabra de tres letras, que en ruso significa “pene”. El que estuvo detrás de la idea fue Anatoli Osmolovski, uno de los fundadores del movimiento artístico de los años 90, conocido como el Accionismo de Moscú. La acción duró alrededor de un minuto antes de que la policía llevara a todos los involucrados a una comisaría.
Se trataba de una protesta contra la prohibición de decir obscenidades en lugares públicos. Más tarde los artistas de performance recibieron el apoyo de figuras del mundo de la cultura cuyas obras contenían blasfemias.
En 1995 el artista de performance Alexánder Brener decidió desafiar a una pelea al presidente ruso, Borís Yeltsin. En un día helado de febrero, Brener fue a la Plaza Roja con guantes de boxeo y pantalones cortos y empezó a gritar: “¡Yeltsin, sal!”
La acción pasó a la historia bajo el nombre de Primer Guante y fue una protesta contra el envío de tropas a Chechenia, según un decreto firmado por Yeltsin.
El galerista Marat Guelman, que ayudó a Brener en su actuación, recuerda que la policía detuvo al “boxeador” media hora más tarde y lo soltó rápidamente.
El 10 de noviembre de 2013, día festivo de la policía, otro artista, Piotr Pavlenski, completamente desnudo, clavó su propio escroto en el suelo empedrado de la Plaza Roja. Ya era conocido por sus acciones de protesta autolesivas (en otras ocasiones también se había envuelto desnudo en alambre de espino y también se había cosido la boca), pero esta vez Pavlenski se superó a sí mismo.
La policía cubrió al artista con una sábana mientras esperaba una ambulancia. Los médicos ayudaron a Pavlenski a liberarse. Según el artista, la acción fue una metáfora de la apatía política de la sociedad rusa.
Para celebrar el aniversario de los grandes almacenes GUM en 2013, se instaló en la Plaza Roja un pabellón de exposiciones en forma de maleta gigante de Louis Vuitton. La instalación tenía su parte benéfica: se suponía que las ganancias de la venta de entradas iban a parar a la Fundación Corazón Desnudo de Natalia Vodiánova.
Sin embargo, la presencia del gigantesco objeto en el corazón de Moscú provocó tantas quejas y provocó tantos memes que las autoridades ordenaron su desmantelamiento, antes incluso de abrirse al público.
Tras el escándalo, el presidente Vladímir Putin aprobó una lista de eventos que podrían tener lugar en la Plaza Roja. Entre ellos se incluyen el Desfile de la Victoria, el Festival Internacional de Música Militar de la Torre Spásskaia, un mercado de Año Nuevo con pista de patinaje sobre hielo y una feria del libro.
Aquí te contamos qué ver en la Plaza Roja además del mausoleo de Lenin.
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