Rusia lleva a cabo una operación militar en Siria desde el 30 de septiembre de 2015. Las Fuerzas Aeroespaciales dirigen sus ataques contra los guerrilleros del Estado Islámico y otras agrupaciones de terroristas enfrentadas al gobierno. Los países de Occidente acusan a Moscú de que su principal objetivo es proteger a Bashar al Asad y que lucha contra la oposición y no contra los terroristas, así como de que sus actos provocan la muerte de civiles.
Los políticos de Rusia suelen negar estas acusaciones y subrayan que Rusia lucha contra los terroristas de un modo correcto y eficaz, a diferencia de la coalición occidental. Pero, ¿para qué necesita Rusia participar en esta guerra en un país con el que ni siquiera comparte frontera?
El presidente Putin anunció la versión oficial el día en que comenzaron los bombardeos. Afirmó que los miles de guerrilleros islamistas que luchan en Siria “llegarán también a Rusia” a través de Asia Central y el Cáucaso Norte si no se les detiene mientras estén lejos”.
Este temor, señala Vladímir Ajmédov, investigador sénior del Instituto de Estudios Orientales de la Academia Rusa de Ciencias, sigue vigente. “El ‘Emirato del Cáucaso’ [una agrupación terrorista del Cáucaso Norte] juró lealtad al Estado Islámico en junio de 2015. Además, en las filas del Estado Islámico luchan varios miles de soldados procedentes de Rusia”, declara Ajmédov a RBTH.
Además, también se han unido al Estado Islámico muchos hombres procedentes de los países de Asia Central, con los que Rusia mantiene un régimen libre de visados. Estos guerrilleros profesan un odio exacerbado hacia Rusia: en otoño de 2015 el Estado Islámico publicó un video titulado “Pronto, muy pronto”, en el que prometían en un ruso perfecto un gran derramamiento de sangre de los infieles rusos.
Evgueni Satanovski, presidente del Instituto de Oriente Próximo considera que otra razónpara la injerencia en la guerra siria es el intento por recuperar el estatus de potencia que ejerce influencia en la política global, opina. “Las acciones de Rusia en Siria le han permitido recuperar la reputación perdida en la época postsoviética [cuando Rusia perdió la influencia de la URSS en la región]. En Oriente Próximo solo respetan a los países fuertes e independientes”, escribía Satanovski poco después del inicio de la operación militar.
Además, la implicación de Rusia en el conflicto sirio obligó a Occidente a verla con otros ojos, a apostar por el diálogo roto tras la reunificación de Crimea. “Evidentemente, la participación activa en uno de los conflictos internacionales más importantes de esta época, que define en gran medida la agenda mundial, incrementará el peso del país en la escena internacional”, señala en una entrevista para RBTH el politólogo Fiódor Lukiánov, jefe de redacción de la revista Rusia en la política global. El deseo de activar el diálogo con Occidente es un objetivo muy importante, aunque no el único, de la operación de Rusia en Siria, opina Lukiánov.
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