Ya es posible comprar cargadores sin cable para tu smartphone. Esta tecnología ha estado presente desde hace tiempo. Sin embargo, este método no sirve para los marcapasos, de los que depende la vida de muchas personas. Si hay algo que vaya mal con la batería del aparato, entonces tiene que ser remplazado completamente. Para la mayoría de la gente con problemas cardíacos, significa tener que someterse a una operación cada ocho-diez años.
En el Instituto Kurchátov, el principal centro de investigación de Rusia en el ámbito de la energía nuclear, los científicos trabajan en la producción de electricidad a partir de la glucosa presente en la sangre. Creen que si lo consiguen los marcapasos funcionarán siempre.
Según Pável Gotovtsev, del Instituo Kurchátov, hay glucosa tanto en nuestra sangre como en otros fluidos fisiológicos. “La electricidad se genera a través de una transformación química directa”, explica Gotovtsev. Los científicos ya han creado un modelo del sistema circulatorio en un laboratorio, que tiene como objetivo perfeccionar la nueva tecnología. Han introducido un pequeño elemento de biofuel, de unos 5 cm.
Ha sido posible obtener una corriente eléctrica entre 15 y 40 microvatios. “Esto es suficiente para un marcapasos moderno y la persona no sentirá nada incómodo”, explica el científico.
Los elementos de biofuel están creados de materiales biocompatibles, lo que minimiza los riesgos de una posible rechazo. Se asume que solo se operará una vez a los pacientes y que el marcapasos seguirá en el cuerpo. La investigación permitirá desarrollar otros dispositivos que se implantan y que requieren una fuente de energía constante.
Hay investigadores en todo el mundo tratando de buscar una solución para los marcapasos. Un equipo de la Universidad de la Columbia Británica en Vancouver (Canadá) ha creado una célula combustible capaz de generar energía del plasma de la sangre humana. Científicos de la Universidad de Fudan en China han ideado una solución que utiliza el movimiento de la sangre para producir energía. Se trata de una fibra que tiene menos de un milímetro de grosor.
Sin embargo, hasta ahora la mayoría de los científicos se han encontrado con un problema: las soluciones no generan electricidad suficiente para poner en marcha un marcapasos.
El equipo del Instituto Kurchátov planea probar esta nueva tecnología en animales. Si el método supera con éxito las pruebas se comenzará el proceso para su uso clínico, aunque es un proceso lento. Quizá haya que esperar diez años hasta que pueda ser usado por la gente.
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