Rusia se está calentando, afirman los funcionarios del Ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente. Un informe gubernamental sobre el estado del medio ambiente, publicado recientemente, afirma: “El ritmo de aumento de la temperatura en Rusia es más rápido que el promedio de la Tierra en el período 1976-2017. La temperatura media anual en el mundo aumentó en 0,18°C en una década, mientras que en Rusia fue de 0,45°C”.
En otras palabras, el calentamiento global ya está aquí, pero en Rusia el fenómeno está siendo más rápido. ¿Por qué?
“Es algo habitual en los países del norte, como Rusia y Canadá”, explicó en una entrevista Vladímir Chuprov, jefe del programa de energía de Greenpeace Rusia. “Todos los países del norte notan las consecuencias del calentamiento global más rápidamente que los de las regiones ecuatoriales o tropicales, debido a que las capas de permafrost se están derritiendo lentamente”.
Hace medio siglo, los inviernos en Rusia (y Canadá) solían ser mucho más duros. Cada año las temperaturas medias bajaban hasta -40°C y -50°C, afirmó Chuprov. Aunque sigue habiendo zonas de frío extremo, el panorama general ha cambiado: la temperatura media en invierno raramente cae por debajo de -30°C.
Se podría pensar que esto es algo bueno: uno de los países más fríos del mundo se está calentando un poco. Sin embargo, no es así. Tanto los funcionarios como los científicos están de acuerdo en que el cambio climático causará (y ya ha causado) muchos problemas a Rusia, y es que el calentamiento implica que haya más precipitaciones y el clima se vuelve más húmedo e impredecible.
La lista del Ministerio de Recursos Naturales acerca de las posibles consecuencias del cambio climático es larga. “Los edificios, las carreteras y otras infraestructuras se deteriorarán más rápidamente debido a las alteraciones de temperatura y humedad... Mayor intensidad de lluvias implica mayores crecidas de los ríos y de los torrentes con lodo, lo que provocará inundaciones y la destrucción de la infraestructura costera”.
Según el informe, el sur y el este del país son zonas especialmente vulnerables a estas amenazas.
Según los expertos, no es una cuestión del futuro lejano, sino que ya está sucediendo. “Entre 1990 y 2010, se multiplicó por cuatro la cantidad de fenómenos naturales peligrosos, un 6%-7% más cada año, aproximadamente”, afirmó el exministro de Recursos Naturales, Serguéi Donskói, a Rossíiskaia Gazeta en 2016.
Según él, Rusia pierde anualmente entre el 4% y el 6% de su PIB a causa de la devastación del medio ambiente.
Chuprov enfatiza que el lento deshielo del permafrost amenaza con empeorar la situación.
“Tenemos gasoductos de 1.000 km, una central nuclear [Bilíbinskaia] en Chukotka, todo ello está en zonas de permafrost”, afirma. El calentamiento en estas regiones aumenta las posibilidades de que se produzcan accidentes industriales, cuyas consecuencias podrían ser devastadoras para el medioambiente. Como la naturaleza no conoce fronteras estatales, todo lo que sucede en Rusia influye al resto del mundo, señala Chuprov.
Como en otras partes, en Rusia hay un acalorado debate acerca de la causas del cambio climático. Los escépticos insisten en que la humanidad no tiene un impacto tan grande en el planeta, y que el cambio climático se debe, probablemente, a razones naturales. Hay incluso algunos que niegan que esté ocurriendo.
“La cuestión del calentamiento global no tiene que ver con la ciencia, sino con la ideología. Es la ideología perfecta para la burocracia global, que quiere controlarlo todo”, escribió la periodista Yulia Latínina en el diario Nóvaia Gazeta.
Sin embargo, la mayoría de los científicos no están de acuerdo con esta afirmación. “Hasta ahora, la ciencia solo conoce un factor que afecta al clima a nivel mundial: los gases de efecto invernadero, como el metano, el óxido nitroso y, sobre todo, el dióxido de carbono. En el último siglo, el gas que más ha aumentado en términos de emisiones atmosféricas es el dióxido de carbono”, declaró Alexander Serguéiev, periodista científico y miembro de la Comisión contra la Pseudociencia de la Academia Rusa de Ciencias.
Como es bien sabido, los combustibles fósiles provocan emisiones que aceleran el calentamiento global. Chuprov cree que hay dos maneras de abordar este problema: reducir las emisiones atmosféricas y cambiar hacia energías renovables o adaptarse al inevitable cambio.
“Por ahora, tanto Rusia como el mundo parecen inclinarse por la segunda opción”, explica Chuprov. “Rusia ocupa el cuarto lugar en la lista de países en emisores de dióxido de carbono, lo que supone alrededor del 5% de la cantidad total de emisiones”.
Se encuentra muy por debajo de China y EE UU, que emiten alrededor de un 30% y un 15%, respectivamente. Pero los datos del país eslavo no son buenos.
La tendencia global preocupa a Chuprov. Si los principales actores internacionales no llevan a cabo cambios drásticos, entonces en un par de décadas podríamos vivir en un mundo muy diferente y más peligroso.
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