Esta cuestión ha sido objeto de debate hasta que se resolvió definitivamente en julio de 2015. Anteriormente, el tamaño del planeta enano se estimaba en 16.647.940 kilómetros cuadrados. Rusia, en comparación, tiene 17.125.191 kilómetros cuadrados de superficie. Por ello, era un hecho aceptado que la superficie de Rusia era mayor que la de Plutón.
El 14 de julio de 2015 la misión New Horizon de la NASA sobrevoló Plutón y ajustó las estimaciones anteriores: el diámetro del planeta enano fue medido con alta precisión a 2.370 kilómetros. Plutón, resultó, coincidía en el ancho de este a oeste de Rusia, de aproximadamente 6.000 kilómetros. Sorprendentemente, también cabría dentro de las medidas mucho más estrechas de norte a sur de Rusia, aproximadamente 3.000 kilómetros.
Resulta que Plutón encajaría en Rusia. Sin embargo, en términos de superficie, el planeta enano resultó ser más grande que el país eslavo. La misión New Horizon de la NASA corrigió las estimaciones anteriores y colocó la superficie de Plutón en 17.646.012 kilómetros cuadrados. Esto hace que la superficie del planeta enano sea un poco más grande que la de Rusia (16.647.940 kilómetros cuadrados).
En pocas palabras, aunque Rusia podría acoger a Plutón en sus fronteras, la superficie de Plutón es ligeramente mayor.
El 20 de julio de 1969, los astronautas americanos pisaron la Luna. 11 años antes, en septiembre de 1958, los soviéticos hicieron su primer lanzamiento de una misión hacia al satélite de la Tierra. La Luna-1A tenía como objetivo aterrizar una estación espacial no tripulada en la superficie de la Luna. La misión fracasó cuando el portador del cohete no pudo entrar en la órbita de la Tierra, resultando perdida la Luna-1A.
Desde entonces, los soviéticos han llevado a cabo varias misiones que arrojan luz sobre el satélite de la Tierra en muchos aspectos.
En 1959, la Luna-2 se convirtió en el primer vehículo hecho por el hombre en aterrizar en la Luna; los soviéticos tomaron las primeras fotos del lado oscuro de la Luna, lanzaron el primer satélite artificial para orbitar la Luna, desplegaron el primer vehículo lunar en nuestra vecina selenita, y lograron transportar sus propias muestras del suelo lunar de vuelta a la Tierra, aunque un año más tarde de lo que los estadounidenses lo hiciesen con la misión Apolo 11. En general, los científicos soviéticos estuvieron en una reñida carrera con sus homólogos de la NASA, que se hicieron con el histórico momento del alunizaje del Apolo 11.
Está estrictamente prohibido que los cosmonautas lleven alcohol a bordo durante sus misiones. Sin embargo, muchos cosmonautas rusos muestran una creatividad asombrosa para escamotear licor en sus misiones.
El primer contrabando espacial conocido (una botella de coñac armenio) fue realizado en 1971, como regalo terrestre a un cosmonauta que estaba en órbita. El licor estaba escondido dentro la muñequera utilizada para medir la presión arterial. Desde entonces, las inspecciones rutinarias descubrieron un gran número de escondites hechos por los cosmonautas rusos.
Sin embargo, el contrabando de alcohol al espacio no es el único desafío; beberlo puede convertirse en todo un reto por sí solo. Haz clic aquí para ver cómo algunos cosmonautas resolvieron este problema.
El programa Saliut fue el primer intento exitoso de la Unión Soviética (y del mundo) de lanzar y mantener una estación espacial en órbita. Se convirtió en la primera estación orbital que fue entregada por una tripulación a otra y resultó vital para desarrollar los siguientes y más famosos programas MIR e ISS.
Aunque allanó el camino para futuros programas de la estación espacial, el primer lanzamiento fue un desastre. El sistema de navegación se rompió y el cosmonauta Vladímir Komarov tuvo que dirigir la nave manualmente. Consiguió iniciar el descenso en la trayectoria correcta, pero cuando todo el mundo pensó que lo peor había pasado, el paracaídas principal, que debería haber frenado la caída no se abrió. Komarov murió a causa del impacto.
Fue la primera muerte ocurrida durante un vuelo espacial. El programa continuó, sin embargo, y fue cancelado sólo en 1986 cuando la estación espacial MIR fue lanzada en órbita terrestre baja.
Los exploradores espaciales soviéticos intentaron estudiar Venus a partir de 1961, cuando una nave espacial fabricada por los soviéticos voló más allá del segundo planeta desde el Sol.
Se necesitaron otros nueve años para realizar la primera misión de aterrizaje en el planeta. La Venus-7 se posó en la superficie de Venus en 1970 y transmitió datos a la Tierra; algo especialmente difícil debido a las temperaturas extremadamente altas, la atmósfera de alta presión, y en general un ambiente “infernal” sobre la superficie de Venus. La nave espacial transmitió datos durante sólo 23 minutos antes de sucumbir al calor y la presión extremas, pero aquello supuso un gran avance en la exploración espacial.
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