Este aparato revolucionario se construyó con nuevos materiales experimentales de alto costo, en gran parte con titanio y acero inoxidable, con un sistema de soldadura interna especial, que no dejaba ver las uniones, los remaches en el fuselaje ni las uniones entre láminas sobre su estructura y las alas principales, para poder penetrar así el aire de forma limpia y eficiente. Sin embargo, la llegada de los misiles balísticos acabó con su desarrollo.
Pincha aquí para ver el EKIP o ‘Tarielka’, un vehículo soviético que parecía un platillo volador.
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