El Grupo Kalashnikov lanzó a principios de 2021 la producción en masa de un nuevo misil guiado 9M333, diseñado para los sistemas antiaéreos de la familia 9K35 “Strela-10M”.
El arma será entregada para su uso por las fuerzas del ejército del Ministerio de Defensa ruso.
Como se ha señalado, la nueva munición funciona según el principio de “disparar y olvidar”. “Esto significa que se fija el objetivo, se pulsa un botón, se lanza el misil y el operario se concentra en un nuevo objetivo, mientras que el misil da en el blanco en un 99,9% de los casos”, explicó Vadim Kozulin, profesor de la Academia de Ciencias Militares.
Según este, una característica distintiva del misil es la cabeza de orientación, que funciona en tres modos. “Fotocontraste, infrarrojo e interferencia. Esta es la mayor ventaja sobre otras municiones de esta clase”, señaló el experto.
El misil 9M333 está diseñado para destruir aviones y helicópteros de vuelo bajo en cualquier momento del año en condiciones de interferencia óptica por parte del enemigo, así como aviones no tripulados y misiles de crucero.
Los sistemas de misiles antiaéreos de la familia Strela-10M están diseñados para proteger a las unidades militares en combate y en marcha de los vehículos de ataque aéreo y de reconocimiento que vuelan a altitudes bajas y ultra bajas. Desde 2020, se encuentran entre los sistemas de defensa aérea más populares del mundo.
Como cree el experto, estos misiles con ojivas de alto explosivo se utilizarán principalmente para defender a las tropas rusas y extranjeras contra drones.
“Hay varias razones por las que los drones se han convertido en la principal arma de ataque de los terroristas. En primer lugar, para llevar a cabo un ataque, cualquier dron barato y básico sirve, lo que cualquier ingeniero puede hacer en un campo y adjuntarle explosivos improvisados. En segundo lugar, todos los sistemas de defensa aérea de las mayores potencias del mundo están destinados a destruir cazas, bombarderos, misiles de crucero, etc.", afirma el profesor.
En otras palabras, se trata de armas muy caras, con misiles costosos, dirigidas contra sistemas igualmente caros. Disparar sistemas de misiles de defensa aérea S-400 o TOR contra pequeños aviones teledirigidos improvisados es caro e ineficiente.
Por lo tanto, las tropas necesitaban un arma más barata, pero efectiva, que contrarrestase este tipo de amenazas de drones.
Según él, el Strela-10M difiere de sus homólogos rusos y extranjeros con sus últimas ojivas teledirigidas que hacen difícil su derribo. “Incluso con el uso de trampas de calor, se ha vuelto mucho más difícil para el enemigo derribar un misil disparado desde el sistema de defensa aérea del Strela-10 M”, concluye el experto.
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