El sector marítimo soviético se encargaba de una gran parte del transporte de pasajeros y mercancías. Para mantener el movimiento incluso en invierno, cuando los ríos se congelan, los ingenieros trabajaban activamente en el desarrollo de vehículos con aerodeslizadores.
Uno de estos proyectos fue Sormovich.
La nueva nave experimental llevaba el nombre de la fábrica que la producía: Krásnoye Sormovo, en Nizhni Nóvgorod.
El nuevo proyecto tenía un tamaño realmente gigantesco: más de 29 metros de longitud, 11 metros de ancho y 7,8 metros de altura. Por si fuera poco, el Sormovich también pesaba la friolera de 37 toneladas.
El gigante se puso en marcha mediante un motor de aviación AI-20K de 169 kilovatios (2.000 CV). Como motor de reserva, utilizaba el AI-8 de turbina de gas. Los dos motores ayudaban a arrancar el ventilador de hélice de doce palas para impulsar el aerodeslizador y los motores.
“El Sormovich tenía un aspecto muy específico. Por fuera, parecía una rana aplanada a la que algún avispado decidió acoplar dos ventiladores en los laterales hasta la parte trasera, mientras ponía una tobera en la parte posterior, que en realidad era un tubo de escape. El rugido que hacía esa cosa se oyera a varios kilómetros en el Volga”, recordó uno de los testigos presenciales de las pruebas.
A pesar de la extraña descripción, el Sormovich demostró unos resultados impresionantes. El aerodeslizador consiguió superar las expectativas con una velocidad máxima de 120-130 km/h, en lugar de los 100 declarados. Estaba adaptado para distancias de 600 km y era capaz de funcionar durante ocho horas.
La embarcación debía ser tripulada por tres personas y podía albergar hasta 50 pasajeros. El habitáculo estaba situado en el morro del aerodeslizador.
Tras el éxito de las pruebas realizadas a finales de la década de 1960 y principios de la de 1970, el Sormovich recibió la ruta experimental Gorki-Cheboksari en el Volga, de 274 km. El buque tardaría un día en completar el viaje de vuelta. Vladímir Scherbakov fue nombrado capitán, aunque se le asignó también el puesto de mecánico.
A pesar de las características técnicas, el aerodeslizador sólo funcionó durante dos años, de 1971 a 1973, debido a los grandes problemas técnicos en su diseño: la caja de cambios de transferencia funcionaba mal de manera habitual.
“El Sormovich tenía un punto débil. Imagínese que el compartimento de la máquina tiene una turbina y un gran reductor de transferencia, que por sí solo distribuye la energía a tres unidades separadas: las palas y el ventilador. Ese reductor se estropeaba constantemente. Y la razón fue que el buque no estaba bien pensado: se apresuraron a ponerlo en el agua”, afirmó el capitán.
Además, en el transcurso de las pruebas de invierno, se detectó una importante deformación del hielo en el río.
El último clavo en el ataúd del Sormovich fue el problema con el reductor. El vehículo fue retirado en 1974, y enviado a una base en Chkalovsk y utilizado como chatarra.
En su corta vida, el Sormovich consiguió transportar a unos 6.000 pasajeros.
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