Este todoterreno ártico recibió deliberadamente el nombre de “burlak”, en honor a los trabajadores que transportaban barcazas y otros barcos río arriba durante la época del Imperio ruso. La tarea principal de este vehículo consiste en transportar grandes cargas, de hasta dos toneladas de peso.
El Burlak dispone en su interior de una cocina, ducha y otras comodidades. Es capaz de flotar en el agua utilizando una hélice y de moverse entre el hielo gracias a la fortificación que tiene en el casco. Su mayor virtud es la eficiencia en el consumo de combustible.
El primer Burlak se probó en 2016. Al año siguiente su segunda versión realizó una expedición por el Extremo Norte ruso. También en 2017 la versión de carga del aparato participó en los ensayos de los vehículos todoterreno para la petrolera rusa Rosneft.
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