En los años 60 y 70 del siglo pasado se desarrolló una auténtica carrera lunar entre la URSS y EE UU. A lo largo de 17 años, los rusos enviaron 24 estaciones a la Luna con la esperanza de convertirse en sus primeros colonizadores. Trabajar con vehículos no tripulados es "microscópico en precisión y una operación asombrosa en lo que respecta al control", declaró el cosmonauta Alexéi Leonov. Aunque la URSS nunca consiguió llevar un hombre a la Luna -perdió la carrera contra EE UU-, en materia de vehículos no tripulados, los soviéticos obtuvieron resultados asombrosos.
Por ejemplo: en 1971, dos robots soviéticos recorrieron la superficie lunar durante nueve meses cada uno, transmitiendo imágenes brillantes.
La estación salió al espacio el 2 de enero de 1959 y se convirtió en la primera estación espacial del mundo lanzada hacia la Luna. Alcanzó con éxito la segunda velocidad espacial y superó la gravedad terrestre, pero no llegó a la Luna propiamente dicha.
Falló por 6.000 km y entró en una órbita heliocéntrica, convirtiéndose en un satélite artificial del Sol. La estación resultó ser utilizable, y el "sobrevuelo" se produjo debido a un error en los comandos que se le dieron.
La siguiente estación se lanzó seis meses después, y esta vez el experimento tuvo éxito. Luna-2 es el primer objeto en la historia de la humanidad que alcanzó el satélite de la Tierra. Detectó el viento solar lunar en la superficie de la Luna y recogió datos precisos. Así descubrió que la Luna prácticamente no tiene campo magnético ni cinturón de radiación propios.
El 4 de octubre de 1959 partió Luna-3, la primera estación que fotografió la cara oculta de la Luna.
Hay una historia curiosa asociada a este acontecimiento. Dos años antes del vuelo de la estación, el viticultor francés Henri Maire y el cónsul soviético se reunieron en París. Apostaron que nadie fotografiaría jamás la cara posterior de la Luna. Sin embargo, la fotografía no tardó en aparecer en todos los periódicos del mundo.
El bodeguero cumplió su promesa y envió mil botellas de champán a la Academia de Ciencias de la URSS. Una de las botellas llegó personalmente a manos del diseñador jefe, Serguéi Koroliov. Junto con recortes de periódico y una fotografía, esta botella se encuentra ahora en el Museo de Cosmonáutica.
En 1966, la Unión Soviética consiguió otro logro: la estación Luna-9 realizó su primer aterrizaje suave en la superficie del satélite, posándose en el Océano de las Tormentas. Gracias a ello se obtuvieron muchas imágenes panorámicas de la Luna, ya que antes sólo se fotografiaba desde la órbita o desde la Tierra.
Tras haber aprendido muchas cosas nuevas sobre la superficie de la Luna, se planteó la cuestión del estudio detallado del espacio cercano al satélite. El 3 de abril de 1966, el primer satélite artificial Luna-10, entró en la órbita de la Luna.
El satélite fue un auténtico laboratorio volante: tras trabajar durante 56 días, recogió muchos datos nuevos. En particular, detectó anomalías en el campo gravitatorio de la Luna: en algunas zonas la gravedad era más fuerte que en otras.
En 1970, la estación aterrizó en el Mar de la Fecundidad y tomó 101 gramos de suelo lunar - regolito. 24 horas después, se lanzó a la Tierra y se convirtió en el primer robot en entregar suelo extraterrestre.
Ese mismo año, el primer rover, Lunojod-1, viajó a la Luna. La estación Luna-17 lo llevó a la zona del Mar de las Lluvias. El rover trabajó en la superficie durante 322 días y recorrió más de 10 km a través de la Luna. Fue controlado por un canal de radio desde la Tierra. El 8 de marzo de 1971, en honor del Día Internacional de la Mujer, el rover lunar dibujó un enorme número 8 en la superficie de la Luna.
En 1976, la Unión Soviética envió al espacio por última vez una estación que aterrizó en la Luna. Aterrizando cerca del Mar de las Crisis, en el borde mismo del cráter, Luna-24 tomó muestras de suelo a dos metros de profundidad, y los científicos soviéticos pudieron demostrar la presencia de grandes cantidades de agua. Sin embargo, este fue el final del programa lunar soviético: el interés por la exploración lunar desapareció, así como su financiación.
El 11 de agosto de 2023 partió la nave Luna-25, la primera estación lunar de la historia moderna de Rusia. La misión de la estación es alunizar cerca del polo sur de la Luna (antes todos los alunizajes eran en la Luna de latitud media, por ser más fácil), donde la estación explorará el permafrost y buscará agua en él. En el futuro, es aquí donde Rusia planea establecer su base lunar.
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