Mi-26 en vuelo sobre Chernóbil.
Ígor KostinResultado de la explosión en Chernóbil
USFCRFC (CC BY-SA 2.0 DEED)Una de las aeronaves más destacadas en las operaciones de respuesta a Chernóbil fue el helicóptero Mil Mi-26. Este helicóptero de transporte pesado fue crucial para el transporte de equipos, personal y materiales de construcción hacia y desde la zona del desastre. Con una capacidad de carga excepcionalmente alta, el Mi-26 permitió el traslado de grandes cantidades de materiales de construcción, equipos de protección y suministros médicos a áreas de difícil acceso dentro del área de exclusión.
Los versátiles helicópteros Mi-8 también desempeñaron un papel crucial en las operaciones de respuesta a Chernóbil. Estas aeronaves fueron utilizadas para transportar personal de emergencia, equipos de monitoreo de radiación y suministros médicos a las áreas afectadas. Su capacidad para operar en condiciones difíciles y su maniobrabilidad los convirtieron en una herramienta invaluable para las labores de rescate y recuperación en el área del desastre. Alguno de los aparatos se perdió durante las operaciones.
Además de los helicópteros, la Unión Soviética también desplegó aviones de transporte como el Antonov An-26 para transportar suministros y equipos a las áreas afectadas por el desastre. Estos aviones fueron utilizados para entregar suministros de emergencia, equipos de protección y personal médico a las regiones cercanas a Chernóbil. Su capacidad de carga y alcance operativo los convirtieron en una parte vital de las operaciones de respuesta a gran escala.
Para monitorear la dispersión de la radiación y evaluar el alcance del desastre, la Unión Soviética empleó aviones de reconocimiento como el Túpolev Tu-134. Estos aviones fueron equipados con equipos de detección de radiación y sistemas de muestreo de aire para recopilar datos sobre la contaminación radiactiva en la atmósfera. Estos datos fueron fundamentales para comprender la magnitud del desastre y planificar las operaciones de respuesta adecuadas.
El Ejército del Aire hizo frente a la tarea de eliminar el impacto del accidente con sus helicópteros, pero en otoño de 1986 apareció un problema imprevisto. Los ciclones estacionales arrastraban el polvo de los territorios “sucios” hacia el este. Zonas densamente pobladas desde el mar Caspio hasta Moscú estaban bajo la amenaza de la contaminación radiactiva. Había que hacer algo.
Los helicópteros no podían "detener" el viento radiactivo. Para ello se decidió utilizar bombarderos cargados con cartuchos especiales rellenos de yoduro de plata para dispersar las nubes. Según Uacrussia, en total, se realizaron 12 misiones con este objetivo.
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