Llegada de la "popovka" Nóvgorod en Sevastópol,1873.
N.P. KrasovskiEl Tratado de 1856 de París formalizó la derrota de Rusia en la guerra de Crimea y prohibió a Moscú desplegar su flota en el Mar Negro.
Evidentemente esto no agradó al gobierno imperial y en 1871 (momento en que el acuerdo fue denunciado y Rusia recuperó su derecho a mantener buques en el Mar Negro) ya había desarrollado un programa para la defensa de la costa de Crimea, que no se veía afectado por el tratado.
"Las autoridades decidieron construir barcos 'no a partir de madera'. El proyecto de un objeto flotante de este tipo tenía que ser de 3,3 metros y los cañones debían de ser de un calibre de al menos 280 mm. Uno de los elementos más importantes de estos barcos era el blindaje, que tenía que ser mayor que el de los buques extranjeros", explica Mijaíl Jodaryonok, exeditor del periódico Kurier Voenno-promyshlenni.
Los únicos buques que cumplieron estos criterios fueron los acorazados de planta circular diseñados por el almirante Andréi Popov, de ahí el nombre de "popovka."
"Dado que Rusia no tenía dinero y nos prohibían hacernos con una flota convencional en el Mar Negro, tuvimos que experimentar", agrega Jodaryonok.
En este período Rusia estaba probando diferentes tipos de barcos con cubiertas blindadas y con armas de 152 y 203 mm, es decir, con mayor alcance que las típicas de aquellos tiempos. Durante diez años el país estuvo experimentando con la viabilidad de los buques "redondos".
"Nóvgorod" y el “Vicealmirante Popov"
El 21 de mayo de 1873 se botó el primer barco de este tipo, llamado "Nóvgorod", en presencia del zar. El segundo, nombrado en honor a su creador, se inauguró el 25 de septiembre de 1875. A diferencia del "Nóvgorod", el nuevo “popovka” recibió un blindaje de doble capa, un motor más potente y una superestructura más grande sobre la cubierta. Sin embargo, el proyecto nunca llegó a tener éxito.
Modelo de barco "Novgorod", construido por Ekaterina Lojmánova. Fuente: Ígor Zarembo/RIA Nóvosti
"Los popovkas no fueron capaces de navegar en mar abierto y eran más lentos que las tortugas. Por otra parte, la fuerza de los disparos hacía al barco girar sobre sí mismo. Estas naves podrían haber desempeñado un papel de menor importancia, sólo como medio de defensa costera, pero tampoco de manera destacada", declaró el anterior excomandante la Flota del Mar Negro, Ígor Kasatónov.
En consecuencia, el “Vicealmirante Popov" y el "Nóvgorod" pasaron toda la guerra ruso-turca de 1876-1877 atracados en el puerto de Odessa, realizando solo tres salidas, pero sin entrar nunca en batalla.
Todos los intentos de Andréi Popov por intentar que sus barcos navegasen por el mar se encontraron con la oposición del Ministerio de Marina, que no veía ningún potencial en ellos. Por otra parte, se descubrieron otras deficiencias cuando entraron en servicio: tenían una falta absoluta de navegación autónoma y un mal acondicionamiento para acoger a la tripulación.
Fuente: YouTube/Sune Nielsen
Tras el final de la guerra, el "Vicealmirante Popov" fue modernizado, renovando su sistema de ventilación, las máquinas de artillería y el motor. Aumentó significativamente su estabilidad sobre las olas y se mejoraron sus cualidades de navegación. Sin embargo, ni el "Vicealmirante Popov" ni el "Nóvgorod" participaron en combate alguno.
¿Qué pasó con los "popovkas"?
La idea de consruir acorazados redondos no murió. Después de la destrucción en 1878 de la nave imperial “Livadia”, la corte imperial mostró interés en los barcos.
En el nuevo proyecto de "popovkas" tomó nota de los defectos de los primeros barcos. En esta ocasión se diseñó un cuerpo más plano y se aumentó la velocidad máxima hasta 15 nudos con un calado de 1,8 metros. Los barcos fueron construidos en Gran Bretaña, pero siguiendo planos rusos.
El 24 de septiembre 1880 el “Livadia” abandonó el muelle. Estaba equipado con la tecnología más sofisticada para la la época, incluyendo las "velas Yablochkov” (primeras lámparas de arco eléctrico). Además, gracias a la nueva construcción, el bajel poseía buenas cualidades de navegación.Pero cuando Alejandro III ascendió al trono en 1881 Popov cayó en desgracia y el Imperio ruso, que había aumentado su potencial de construcción naval, comenzó la construcción de una nueva flota de para el Mar Negro. Entonces el interés por las naves redondas desapareció totalmente.
Así, la “Livadia” se transformó en el barco de vapor “Opyt”, que estuvo anclado sin propósito durante años en San Petersburgo. Después se llevó a Sebastopol y finalmente fue dado de baja en 1926.
La misma suerte esperaba a las otros "popovkas." Tanto el "Nóvgorod" como el "Vicealmirante Popov" quedaron atracados en un muelle de Odessa hasta 1913 cuando fueron vendidos a compradores privados.
"Este proyecto no se volvió a retomar y, en general, la experiencia con los 'popovkas' se considera como fallida. Los barcos tenían problemas y carecían de cualidades notable. Sin embargo, el barco era bastante original en su forma externa, aunque era extremadamente limitado en batalla", resume Jodaryonok.
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