Si le preguntas a un ruso a dónde va, puede que escuches la respuesta: “a Kudikina Gora" (literalmente “Montaña de donde sea”) a robar algunos tomates”. ¿Qué significa esto? Tradicionalmente, esta frase se usa cuando una persona no quiere revelar sus planes.
De hecho, nadie ha visto nunca esta legendaria montaña y nadie cree que exista. Aunque, bueno, nosotros sí hemos encontramos este lugar, y el cuento de hadas se hace realidad no muy lejos de Moscú.
El camino a la montaña secreta no es fácil. Kudikina Gora está situada a 418 kilómetros al sur de Moscú, en la región de Lipetsk, y es una montaña rodeada de colinas y barrancos, escondida entre pequeños pueblos abandonados y bosques a la orilla del río Don. La ciudad más cercana, Zadonsk, está a 10 millas, mientras que la capital regional, Lípetsk, está a 16 kilómetros.
Hay pocas torres de telefonía, y sin cobertura los teléfonos móviles se convierten en piezas inútiles de plástico. Los navegadores GPS funcionan, pero con interrupciones. Sólo los más decididos llegan hasta aquí, y los locales saben lo que los extraños buscan y amablemente les indican el camino. La siguiente gran sorpresa: esta montaña no está vacía, y cada fin de semana miles de personas vienen aquí para escapar de la realidad.
Kudikina Gora es un parque de atracciones gratuito creado en 2007 por empresarios agrícolas locales en lo que una vez fueron campos vacíos. Si alguien espera encontrarse con algo similar a Disneylandia o Port Aventura se equivocará. El enorme territorio de 500 hectáreas no tiene ni montañas rusas ni ruedas de ferry, ni siquiera una casa de espejos. Sin embargo, aquí se vive una mágica sensación por todas partes.
Lo primero que destaca al entrar en el parque es el dragón gigante de tres cabezas en la cima de la colina. Los rusos lo llaman Zmei Gorinich (literalmente “dragón de la montaña”). Según el folclore eslavo, el dragón vigila el puente Kalinov que simboliza la frontera entre la vida y la muerte. A diferencia de los hijos de la pobre Daeneris Targaryen, un dragón ruso puede conversar con los humanos. Suele tener tres cabezas y es tan enorme que bloquea el sol cuando vuela. Es aterrador y puede arrojar chispas, humo y fuego.
Muchos cuentos de hadas rusos describen cómo los bogatires, héroes rusos, derrotan al dragón que intenta matarlos con su aliento de fuego. Pero no pasa lo mismo en el parque, donde Zmei Gorinich es la atracción favorita. Todos los fines de semana a las 6.30 p.m. se puede ver al mítico dragón ruso en todo su esplendor, mientras respira fuego de forma amenazante. Ni siquiera hace falta que intentes cortarle la cabeza.
El dragón es el anfitrión y el guardián de otros pobladores: Varias razas de caballos, llamas, alpacas, camellos, ciervos e incluso canguros y avestruces. Los animales exóticos viven aquí en sus propios corrales y pueden caminar libremente en esta especie de safari. En realidad, es difícil imaginar cómo una alpaca juega a la pelota con una lama, pero es algo común aquí.
Incluso hay una escuela de equitación para adolescentes que aprenden no sólo a montar, sino también a cuidar de los animales. Las crías acompañan a sus padres durante el entrenamiento, tratándolo todo como un juego y conociendo a la gente.
Además de los animales exóticos, el dragón eslavo vigila los manantiales naturales cercanos. Muchos rusos creen en su poder curativo, y según el folclore, el agua es una fuente inagotable de vida. Cualquier manantial que se formara después de un desastre natural era inmediatamente alabado como lugar sagrado. ¡Puedes comprobar el poder curativo de los manantiales por ti mismo!
“Manantial del Ojo”
Serguéi AvilovEl río Don, uno de los más grandes de Rusia, es famoso por sus manantiales. Dos de ellos están situados en Kudikina Gora, y son puros y considerados beneficiosos debido a su alta concentración de plata. “El manantial de la sabiduría” detrás de Zmei Gorinich está incluso equipado con una casa de baños cubierta. En el “Manantial del Ojo” bajo el gigantesco caballo de Troya de madera, te puedes lavar la cara con agua helada y tomar un poco en una botella. Ambos manantiales están cuidadosamente conservados por los locales y los trabajadores del parque; como todo lo demás aquí.
Si eres un aficionado a las actividades tradicionales y vienes en verano a conocer a los habitantes de la “ciudad de los artesanos rusos”, podrás participar en diferentes festivales y actuaciones interactivas. Cuando las colinas están cubiertas de la nieve mullida, es el momento de las actividades de invierno: tubing, banana invernal y desafíate a ti mismo haciendo zorbing.
Además, no olvides subir al punto más alto del parque y ver la escultura de los siete ángeles. Desde gozarás de una magnífica vista.
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