7 palacios de cuento que creías que no podían existir

Palacio Vorontsov en Alupka.

Palacio Vorontsov en Alupka.

Shutterstock/Legion-Media
¿Alguna vez has soñado con pasear por uno de los palacios de las películas infantiles? Vivir en un cuento de hadas es más posible de lo que crees.

1. Palacio Vorontsov en Alupka

El palacio Vorontsov, situado al pie de la montaña Ai-Petri, ha sufrido varias metamorfosis, pasando del estilo arquitectónico inglés al mauritano e incluso al árabe. Desde su construcción en 1848 hasta la revolución de 1917, aquí han tenido su residencia tres generaciones de la familia aristocrática Vorontsov.

La decoración del interior es muy lujosa: en el palacio se hospedó Winston Churchill durante la Conferencia de Yalta de 1945.

El mejor momento para visitarlo es mayo-junio, cuando se puede pasear por su parque de diseño renacentista italiano y perderse entre sus numerosos rododendros en flor.

2. Palacio Diulber en Yalta

Piotr Nikoláyevich, tío del último emperador ruso, Nicolás II, quedó tan impresionado por la arquitectura de Oriente Próximo y el Magreb que a su regreso de su viaje ordenó construir un palacio diseñado por él. En la actualidad Diulber es un balneario de lujo en Yalta.

Esta visión de los cuentos de hadas orientales está abierta al turismo: hay un autobús que va desde el paseo marítimo de Yalta hasta el balneario, y dentro del palacio se organizan visitas guiadas.

3. Palacio de Massandra en Crimea

El palacio de Massandra, que recuerda por su decoración al cuento de la Cenicienta, es una verdadera paleta de épocas y estilos: arquitectos de distintos periodos y orígenes intentaron encargarse de su construcción pero nunca lograban terminar sus proyectos.

Los dirigentes del país fueron adaptando este castillo a sus necesidades: el zar Alejandro III quiso convertir el palacio en una casa de caza, mientras que el líder soviético Iósif Stalin convirtió este monumento arquitectónico en una dacha estatal. 

El palacio se encuentra a 5 km de Yalta, en la estación Vérjniaya Massandra. Se puede llegar en minibús o trolebús.

4. Escuela “Milagro ordinario” en Yoshkar-Olá

Esta escuela de educación pública en Yoshkar-Olá se ha convertido en un castillo de cuento gracias al empresario Serguéi Mamáyev, que quería cumplir el sueño de su esposa de trabajar como maestra en una escuela a la que los niños acudieran con gusto. Parece que la magia surtió efecto.

De 1998 a 2001 se construyó un castillo para los pequeños príncipes y princesas con piscina, gimnasio e incluso un complejo de equitación, todo basado en las mejores tradiciones de la nobleza.

5. Castillo Kiritski en la región de Riazán

Este castillo, que se encuentra a 50 km de Riazán, es obra del arquitecto ruso Fiódor Shejtel. Este lugar de cuento le valió la fama a este joven arquitecto y al mismo tiempo supuso la ruina de su propietario, el conde ruso von Derviz, en 1910.

El castillo Kiritski, o casa de von Derviz, es hoy en día un balneario para niños enfermos de tuberculosis. La entrada no se permite desde hace tiempo, de modo que hay que contentarse con admirar sus hermosas torres desde lejos.

6. Castillo Garibaldi en la región de Samara

En la costa del mar de Kúibyshev, en la aldea Jriashovka de la región de Samara, se está construyendo el castillo Garibaldi, un futuro complejo turístico. Sus lujosas estancias estarán disponibles a partir de 2018, pero mientras se dan las últimas pinceladas a los interiores del hotel el turista puede visitar el palacio y participar en sesiones de fotos de estilo medieval.

Si eres aficionado a los deportes de agua, sigue el consejo de los surferos locales: la escuela de windsurf “Sila vetrá” ofrece varios cursos, y en la estación Piany Mys encontrarás todo el equipamiento necesario.

7. Castillo-fábrica en Moscú

El destino de este castillo en el valle del río Yauza no tiene nada que ver con los cuentos de hadas: en la década de 1930 era una fábrica de lámparas, pero en la actualidad este edificio alberga oficinas estilo loft, cafeterías, estudios de fotografía y superficies de producción pequeña. Por los pasillos industriales de este castillo estilo gótico industrial se puede pasear en bicicleta.

Incluso en la versión simplificada, sin las altas torres ni los elementos decorativos de la idea inicial del arquitecto, Gueorgui Evlanov, este edificio destaca entre el resto de edificios góticos de Moscú.

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