Viviendo en una de las ciudades más grandes del mundo, Kúbarev tiene su propia visión de ella y suele mostrar a través de su arte pequeños rincones íntimos de Moscú que son particularmente queridos para él.
Sus creaciones no tienen nada que ver con los modernos edificios o las multitudes de la capital rusa. En cambio, iglesias pintorescas, edificios del siglo XIX, estanques, parques acogedores y pequeños patios llenan las pinturas de Filipp.
El artista también presta atención a las tradiciones ortodoxas rusas: iconos, monjes y sacerdotes rezando frente a un iconostasio se pueden ver con frecuencia en sus pinturas.
Al mismo tiempo, Kúbarev no reniega de mostrar las simples alegrías de la vida, como la comida, por ejemplo. Los platos tradicionales rusos son representados de una manera sabrosa y apetitosa.
Gracias a su interesante interacción de luz y color, algunas de las pinturas de Kúbarev parecen recuerdos de la infancia. Sus pinturas te hacen sentir seguro, nostálgico y cómodo.
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Imágenes: Filipp Kúbarev
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