“¿Qué cosas no sucedían en el escenario durante los conciertos de heavy metal? Cabezas cubiertas de sangre, cruces aserradas, tiroteo de sacerdotes y del mismo Jesucristo”, se decía en la revista soviética Sobriedad y Cultura en 1987, sobre Black Sabbath, el grupo de heavy metal en el que Ozzy Osbourne comenzó su carrera musical y la continuó después de 2010.
En algo que parecía ser parte de un programa de noticias soviético, el narrador afirmaba sobre la banda: “predica la violencia y el oscurantismo religioso”. El líder, Ozzy Osbourne, fue descrito como un “ejemplo clásico de problemas de salud psicológica y desintegración de la personalidad” causados por el tiempo que pasó en el mundo del espectáculo en EE UU. Esta descripción resume la actitud oficial soviética hacia el cantante.
Sin embargo, solo dos años después de que se publicara este artículo en Sobriedad y Cultura, el hombre una vez etiquetado por los medios como el “Príncipe de la Oscuridad”, cuyo estilo de vida suponía el consumo de bebidas alcohólicas y drogas, visitó la URSS. Desde entonces, ha estado en Rusia varias veces, tanto con BlackSabbath como de solista. Sus últimos conciertos tuvieron lugar a principios de junio de este año.
La visita fue ciertamente memorable. Era la época de la Perestroika, un periodo de apertura de la Unión Soviética a Occidente. En Moscú incluso se organizó el Festival de Música por la Paz. Además de Osbourne, llegaron otras estrellas de heavy metal de esa época: Skid Row, Cinderella, Mötley Crüe, Bon Jovi y Scorpions.
Ozzy Osbourne en el Festival Musical de Moscú en 1989.
APRecordando su primera visita a la URSS, Osbourne confesó que estaba “extremadamente sorprendido” por el hecho de que tanta gente lo conociera. “No pensé que supieran nada de mí, e inesperadamente vi carteles hechos a mano: ‘Amo a Ozzy’. Fue muy conmovedor y me sentí agradecido por este tipo de amor”.
En una visita más reciente subrayó cómo el país cambió en las últimas décadas. En ese momento, expresó la esperanza de que éste fuera “el comienzo de algo genial, grande y maravilloso para Rusia”.
“Es un país hermoso. Realmente lo es. Pero la gente es tan triste, no tienen nada... Hay colas... Ayer vi una cola para conseguir repollo. Es ridículo y muy triste”, dijo Osbourne sobre el momento de la escasez de alimentos en la última época de la URSS. Definitivamente, ya no hay colas para conseguir repollo.
Según un periodista que conoció a Osbourne en ese momento y que también le entrevistó antes de sus conciertos recientes, durante aquel festival de música Ozzy mostró su verdadero “yo” y se emborrachó completamente. Acabó perdiéndose en el estadio Luzhnikí, donde se estaba celebrando su concierto.
Como era justo al comienzo del periodo de apertura de la URSS, los voluntarios de las patrullas, que ayudaban a la policía, no habían visto a Osbourne por televisión, y por lo tanto no sabían qué aspecto tenía el “Padrino del Metal”. Así que, no lo reconocieron y lo tomaron por un fontanero que se había pasado con el alcohol. Lo detuvieron.
Solo gracias a la oportuna intervención de un periodista y la aparición de los guardaespaldas personales de Osbourne, la estrella se ahorró una visita a la policía de Moscú. En cierto sentido, el roquero perdió la oportunidad de familiarizarse aún más con la sociedad soviética.
No solo en 1989 Osbourne fue recibido con gran entusiasmo por los fanáticos rusos. Casi 30 años más tarde, durante sus conciertos en 2018, Ozzy despertó las mismas emociones y confesó su amor por Rusia. Podría parecer una cortesía habitual y un homenaje al país anfitrión, pero ¿tal vez había algo más?
Ozzy Osbourne en Moscú en 2018.
Vladímir Astapkóvich/SputnikSegún un estudio de ADN llevado a cabo hace unos años, el “Príncipe de la Oscuridad” es un pariente lejano del último emperador de Rusia, Nicolás II. Además, Osbourne tiene algo de sangre real del rey Jorge I. También salieron a la luz los descubrimientos menos honorables que relacionan a sus ancestros con el criminal Jesse James e incluso llevan sus raíces a los neandertales.
Algunos podrían decir que esto último explica el comportamiento salvaje del cantante. Pero el estudio mencionado antes vincula directamente a Ozzy con el personaje que le fascinaba hace una década, Grigori Rasputín. De hecho, el roquero estaba componiendo un musical sobre este personaje místico y favorito de la esposa de Nicolás II, la emperatriz Alexandra.
Describiendo a Rasputín, el cantante señaló los siguientes hábitos de Grigori: un bebedor empedernido, un mujeriego y algo que lo convirtió en el favorito del zar, “una estrella de rock original”. Obviamente, el cantante estaba trazando paralelismos con su propio estilo de vida, pero ¿tal vez había algo más? ¿Marcó la sangre real rusa que corre por sus venas el interés hacia esta figura mística? Quién sabe...
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