El intercambio más famoso de agentes de inteligencia capturados durante la Guerra Fría tuvo lugar el 10 de febrero de 1962 en el puente Glienicke de Berlín, que marcaba la frontera entre la República Democrática Alemana (RDA) y Alemania Occidental. Fue allí donde Rudolf Abel, agente residente de la inteligencia soviética en Estados Unidos, fue intercambiado por Francis Gary Powers, un piloto estadounidense derribado sobre territorio soviético.
Rudolf Abel (centro) llega al tribunal para su comparecencia por cargos de espionaje, Nueva York, julio de 1957.
PhotoQuest/Getty ImagesRudolf Abel (cuyo nombre real era William Fisher) llevaba trabajando en Norteamérica desde 1948. Allí obtuvo información sobre las capacidades económicas y militares de Estados Unidos (incluidas las nucleares) y creó y dirigió redes de espionaje. En 1957, fue detenido por el FBI como consecuencia de la traición de uno de sus colegas soviéticos.
El oficial de inteligencia se negó categóricamente a cooperar con las agencias de inteligencia estadounidenses y fue condenado por un tribunal a 32 años de prisión por espionaje. “Todo lo que Abel hizo, lo hizo por convicción, y no por dinero. Me gustaría que tuviéramos tres o cuatro personas como Abel en Moscú”, dijo de él el director de la CIA, Allen Dulles.
Francis Gary Powers sostiene una maqueta de un avión espía U-2 mientras testifica ante el Comité de Servicios Armados del Senado.
Bettmann/Getty ImagesLa URSS planeaba liberar a Abel entregando a los estadounidenses al piloto Francis Gary Powers, que había sido capturado cuando su avión espía U-2 fue derribado sobre la URSS el 1 de mayo de 1960, mientras tomaba fotos de instalaciones de importancia estratégica.
Sin embargo, los estadounidenses consideraron que el trato era desigual. Moscú acabó teniendo que darles varios agentes más capturados a cambio de una figura tan importante como Abel.
El oficial de inteligencia soviético Konon Molodi llevaba trabajando en Gran Bretaña desde 1955, haciéndose pasar por un hombre de negocios llamado Gordon Lonsdale. Consiguió reclutar al empleado de códigos navales británico Harry Houghton y, durante años, suministró a Moscú información secreta sobre el estado de la flota submarina británica. Al mismo tiempo, el propio Houghton creía que trabajaba para la inteligencia estadounidense (que los aliados se espiaran mutuamente no era nada fuera de lo común en aquella época).
Gordon Lonsdale en Berlín Oriental.
Sunday People/Mirrorpix/Getty Images/Getty ImagesMolodi/Lonsdale también resultó ser un buen hombre de negocios. Poco antes de ser descubierto en 1961 (fue traicionado por un desertor polaco), el oficial de inteligencia recibió una condecoración de la reina Isabel II en reconocimiento a sus “importantes logros en el desarrollo de la actividad empresarial en beneficio del Reino Unido”.
La URSS y Gran Bretaña acordaron intercambiar a Molodi por el empresario británico Greville Wynne, reclutado por el MI6, que había actuado como intermediario de Oleg Penkovski, un coronel de la inteligencia militar del GRU que trabajaba para los servicios especiales occidentales. Hasta la detención de Wynne y Penkovski por el KGB en 1962, este último había conseguido pasar más de 5.500 documentos secretos a Washington y Londres, además de revelar los nombres de cientos de agentes soviéticos. Penkovski fue fusilado el 16 de mayo de 1963.
Greville Wynne es escoltado por un policía después de llegar a casa desde la Unión Soviética, en el aeropuerto de Northolt, Inglaterra, el 22 de abril de 1964.
Dennis Oulds/Central Press/Getty Images/Getty ImagesA las cinco y media de la mañana del 22 de abril de 1964, dos coches se encontraron en el mismo puente de Glienicke, que pasaría a la historia como el “Puente de los Espías”. “Del ‘otro’ coche salieron cuatro personas” recordaría Molodi. “Entre ellas estaba Wynne. Tenía un aspecto asustado y miserable, muy distinto al de las fotografías retocadas que aparecen en los periódicos. Dos hombres que estaban a su lado le sostenían ligeramente. Parecía que si soltaban las manos, se desplomaría sobre la carretera... Los participantes en el intercambio se alinearon uno frente al otro a lo largo de la línea central de la carretera. El cónsul soviético pronunció la palabra ‘Intercambio’ en ruso e inglés y, antes de darme cuenta, me encontré en el coche. En ‘nuestro’ coche. Con amigos. Por fin con amigos”.
Marian Zacharski fue el oficial de inteligencia polaco más exitoso de la historia. En 1977 se instaló en Estados Unidos y empezó a trabajar para la Polish American Machinery Corporation, una empresa de máquinas herramienta con sede en Illinois. Zacharski consiguió ganarse la confianza de un importante experto del fabricante de aviones militares-industriales Hughes Aircraft y reclutarlo. Se trataba de William Holden Bell, cuya casa estaba cerca de donde vivía Zacharski.
Marian Zacharski.
Silar (CC BY-SA 3.0)/Getty ImagesEl oficial de inteligencia pasó regularmente información secreta a Varsovia sobre el caza F-15, el misil antitanque TOW, el misil aire-aire Phoenix, el tanque M1 Abrams, el sistema de misiles Patriot y otras armas. Polonia transmitió rápidamente esta información de alto nivel a la URSS.
El puente Glienicke
Bettmann/Getty ImagesEn 1981, Marian Zacharski fue descubierto y detenido por el FBI y, a partir de ese momento, la inteligencia polaca intentó sin éxito liberar a su agente más valioso. Al final, la RDA y la Unión Soviética participaron en las negociaciones y fue esta última nación la que organizó un intercambio.
El 11 de junio de 1985 tuvo lugar el mayor intercambio de espías de toda la época de la Guerra Fría. Veinticuatro agentes de los servicios especiales occidentales capturados partieron por el “Puente de los Espías” hacia Occidente, mientras que cuatro agentes de los servicios de inteligencia del bloque oriental se dirigieron en la dirección opuesta, incluido Zacharski.
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