¿Quién era Murzilka y por qué les gustaba tanto a los niños soviéticos? (Fotos)

Biblioteca Digital Nacional Infantil
Este cachorro era un esponjoso protagonista amarillo de Murzilka, la popular revista infantil. El primer número se publicó en mayo de 1924, y desde entonces no ha dejado de salir.

Tras la Revolución de 1917, las nuevas autoridades bolcheviques prestaron especial atención a la propaganda y se apresuraron a crear un gran número de publicaciones periódicas y periódicos de entretenimiento para obreros, soldados, campesinos, mujeres y, por supuesto, niños soviéticos.

Una de ellas -de hecho, una de las primeras- fue Murzilka, una revista mensual para niños pequeños (de 4 a 7 años). Así era el primer número, publicado el 16 de mayo de 1924.

Murzilka, (N1, 1924)

El título "Murzilka" era en realidad el nombre cariñoso de un cachorro de los cuentos del autor infantil Alexánder Fiódorov-Davídov. Y el primer número empezaba con una historia sobre las aventuras de la pequeña y simpática alborotadora.

“Cuando sea mayor, yo también seré bolchevique" (N2, 1924)

La revista era en realidad un pequeño libro para niños con historias cortas sobre diversos temas, incluida la nueva realidad soviética y sus importantes lecciones morales, como el significado del Primero de Mayo, la figura de Lenin y la Revolución Bolchevique.

Niños junto al mausoleo de Lenin (N1, 1926)

Los mejores escritores soviéticos de la época solían escribir para Murzilka: Serguéi Mijalkov (el autor de la letra del himno soviético), los escritores infantiles Agnia Barto, Kornéi Chukovski y Samuil Marshak, y los cómicos Daniil Kharms y Mijaíl Zoshchenko estaban entre ellos.

Saludo al 17º Congreso del Partido Comunista de toda la Unión (N1, 1934)

Al principio, Murzilka era un suplemento de Rabóchaia Gazeta (Periódico de los Trabajadores), que también incluía un montón de otras revistas que se convirtieron en icónicas: La revista ilustrada Krokodil, la revista femenina Rabótnitsa y la revista de cine Soviet Ekrán

Día del Trabajo (N5, 1930)

En julio de 1937, la revista presentó una nueva imagen de Murzilka, pintada por el artista Aminadav Kanevski. Desde entonces, ya no se parecía a un cachorro, sino a una criatura amarilla con boina y bufanda rojas, con una cámara colgada del hombro.

La nueva imagen de Murzilka (N7, 1937)

Sin embargo, en 1941, Murzilka también aparecía como un niño en un juego de ingenio.

Quién conduce a Murzilka (N7, 1941)

En 1941, Murzilka empezó a ser publicada por la editorial Molodaia Gvardiya (Guardia Joven), y comenzó a estar enfocada a un público algo mayor, de 6 a 12 años.

La nueva cara de la revista (N5, 1941)

La revista no dejó de publicarse ni siquiera durante la Segunda Guerra Mundial. Publicaba historias moralistas de heroísmo, cuentos de pioneros, etc.

Un feliz encuentro entre un soldado y un partisano (N1-2, 1942)

Y, por supuesto, el tema de la guerra también ocupaba un lugar destacado. Murzilka escribió sobre cómo los niños soviéticos compartían su ropa con los que perdieron sus hogares durante la guerra, así como historias de niños que perdieron a sus padres y fueron rescatados por el Ejército Rojo.

Las estrellas significan aviones derribados (N10, 1942)

En 1945, Murzilka celebra la victoria sobre los nazis.

Gloria al Ejército Rojo (N5-6, 1945)

La revista también publicaba historias sobre turismo soviético, como fotos de ciudades, etc.

El Teatro Bolshói de Moscú (N3, 1950)

El Jinete de Bronce en Leningrado (N5, 1950)

También se hacía hincapié en la importancia de la educación.

El Día del Conocimiento (N9, 1951)

Un niño soviético debía saber que debía actuar amistosamente y colaborar con otros niños en una misión común.

Limpieza de primavera y plantación de árboles (N4, 1958)

Y, por supuesto, en 1961, Murzilka publicó en portada el retrato de Yuri Gagarin, con niños de todo el mundo leyendo periódicos sobre su vuelo espacial.

Honor y gloria al primer cosmonauta, Yuri Gagarin (N5, 1961)

La imagen de un Murzilka amarillo y esponjoso volvió a aparecer en la revista en 1959, y desde entonces se ha asentado, convirtiéndose en un símbolo icónico.

En la década de 1960-80 la revista tenía una tirada de más de cinco millones de ejemplares (en los años veinte era de sólo 20.000), por lo que la mayoría de los niños soviéticos tenían la oportunidad de leerla o pedirla prestada a amigos o a una biblioteca. 

La revista tenía muchos dibujos de colores y adjuntos, para que los niños pudieran recortarlos y pegarlos como si fueran pegatinas. 

Tras la caída de la Unión Soviética, la revista siguió publicándose. Hoy en día, la revista sigue existiendo: no se ha perdido ni un solo número. 

En 2011, Murzilka entró en el Libro Guinness de los Récords como la "revista infantil más longeva". Una hazaña bastante impresionante. 

En 2015 se colgó en Internet un enorme archivo digital de todos los números de Murzilka, por lo que ahora todo el mundo puede consultarlos gratuitamente.

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