Unos nuevos cascos compatibles, llamados Odin, que cuentan con paneles LCD dobles que proporcionan una resolución total de 4320x2160, superior a cualquier otro existente en el mercado. El dispositivo saldría al mercado en febrero por un precio aproximado de 1.100 dólares.
Aunque en verano habrá disponible una versión para el consumo general, los desarrolladores rusos no planean competir con HTC, Google o Samsung. Su principal objetivo es el Ejército y el sector corporativo.
Según los desarrolladores, una de las principales ventajas de estos cascos es la producción localizada: la mayoría de los componentes clave, como la electrónica y la óptica, se producen en Rusia, aunque las pantallas proceden de la empresa estadounidense Sharp.
“El mercado de los dispositivos de realidad virtual tiene una gran capacidad y hay espacio para soluciones con características únicas”, cree Alexéi Oguienko, director general de DEUS. “Podemos ofrecer alta resolución, peso ligero inferior a 400 gramos, un sistema único de seguimiento, llamado Horus, que solo con dos sensores cubre 200 metros cuadrados. Eso es extremadamente útil para organizar grandes espacios virtuales, como centros de investigación y campos de entrenamiento militar”.
Otra ventaja es que los auriculares son compatibles con el sistema operativo Astra Linux, desarrollado para satisfacer las necesidades del Ejército ruso, así como de otras fuerzas armadas y agencias de inteligencia. Proporciona protección de datos hasta el nivel más alto y ha sido certificado por el Ministerio de Defensa y el Servicio Federal de Seguridad.
Los cascos de realidad virtual son ampliamente utilizados con fines de formación por algunas compañías aéreas y grandes empresas como Volkswagen y Lockheed Martin. Incluso los usan cadenas minoristas como Wallmart.
“Los profesionales militares pueden controlar a distancia los vehículos de combate con los cascos”, explicó Oguienko. “Un casco de realidad virtual prácticamente pone al operador en el asiento del conductor o del tirador y, al mismo tiempo, garantiza su seguridad”. Además, se puede utilizar directamente en la máquina de combate, mostrando una imagen completa del entorno más nítida que la de los monitores.
La simulación de combate es otra de las aplicaciones. “Se puede controlar cualquier equipo o incluso los edificios que se van a atacar”, dijo Oguienko.
En noviembre Microsoft obtuvo un contrato por valor de 480 millones de dólares con el Ejército de Estados Unidos para equipar a los soldados con 100.000 cascos de realidad virtual, que se utilizarán tanto en misiones de combate como en entrenamientos.
El contrato tenía ciertos requisitos, como que el dispositivo debe ser capaz de integrar características como la visión nocturna y la detección térmica, medir la preparación para la respiración y el combate, monitorizar las conmociones cerebrales y ofrecer protección auditiva.
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