Soldados venezolanos portando fusiles AK 103 de fabricación rusa, participan en el desfile militar que celebra el 195º aniversario de la Independencia, el 5 de julio de 2006 en Caracas.
Juan BARRETO/AFPLa construcción de la fábrica de fusiles Kaláshnikov en Venezuela debería estar terminada en 2022, pero la situación se está complicando por el coronavirus, dijo a Interfax una fuente de la industria de defensa rusa.
Un día antes, el enviado presidencial venezolano Adán Chávez dijo en Moscú que las instalaciones estarían terminadas en la segunda mitad de 2022 y expresó su esperanza de que esta vez nada impida a los constructores cumplir con los plazos.
“El objetivo es terminar en 2022”, confirmó la fuente de Interfax en la industria de defensa, señalando que hay que tener en cuenta la situación del coronavirus.
“Además, hay que enviar a muchos especialistas, inspectores, para que después de la construcción, que tiene que ser revisada, también se asegure la puesta en marcha”, explicó.
Los presidentes de Venezuela y Rusia, Hugo Chávez y Vladímir Putin, acordaron en 2006 que se construirían dos fábricas en Venezuela para producir munición de AK-103 y 7,62 mm bajo licencia. La obra se inició en 2009, pero desde entonces los funcionarios de distintos niveles han señalado repetidamente que se estaba retrasando.
El pasado mes de agosto, el jefe de Rosoboronexport, Alexánder Mijéiev, dijo a Interfax que la planta para la producción autorizada de AK-103 y municiones en Venezuela seguía en construcción, era la etapa final de los trabajos.
El 3 de junio de 2021, una fuente informada de Interfax afirmó que la planta estaba terminada en un 80%. En enero, la fuente de la agencia en Caracas se lamentó de que la construcción se había ralentizado debido a la pandemia, que ha afectado tanto a la mano de obra como al calendario de entrega de materiales.
Venezuela es el mayor comprador de armas y equipos militares rusos en América Latina. Rusia ha concedido a Venezuela un préstamo estatal para la compra de equipos militares, señala Interfax. Los contratos en el ámbito de la cooperación técnico-militar entre Rusia y Venezuela se estiman en 11.000 millones de dólares.
Desde 2005, Venezuela recibió equipos de defensa aérea como los Antéi-2500, Buk-M2E, Iglá, cazas Su-30MK2, helicópteros Mi-35M y Mi-17, así como vehículos blindados (tanques T-72, BMP-3 y BTR-80) y armas pequeñas, incluidos 100.000 fusiles Kaláshnikovs AK-103.
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