Foca durante un entrenamiento en Múrmansk.
Instituto Biológico Marino de Múrmansk.El Ministerio de Defensa ruso no habla abiertamente sobre su destacamento de asesinos marinos. Los militares no comentan este tema, es como si no existiera. Pero en Múrmansk, en el norte de Rusia, y en Sebastopol, Crimea, existen dos centros ultra-secretos de entrenamiento de mamíferos marinos: el Instituto Biológico Marino de Múrmansk y el Oceanario de Sebastopol. En estos lugares se preparan las fuerzas especiales submarinas.
El año pasado, en la web de licitaciones públicas (ya que, por ley, sin un anuncio oficial en esta plataforma, el Ministerio de Defensa no puede comprar ni siquiera tornillos) apareció un anuncio para adquirir delfines. Como resultado de la licitación, en agosto de 2016 los militares recibieron cinco delfines mulares: dos machos y tres hembras, con edades entre los tres y cinco años. Cada delfín costó 350.000 rublos (6.150 dólares).
Fuente: Lori/Legion-MediaEl entrenamiento de mamíferos marinos con fines militares se lleva a cabo desde los tiempos de la URSS, según explicó a RBTH Guennadi Matishov, miembro del Centro Científico Meridional de la Academia Rusa de Ciencias, quien diseñó en el pasado programas de entrenamiento de este tipo de animales.
“Su misión más importante es la de custodiar las aguas de la base principal de la flota para evitar la incursión de saboteadores submarinos. Por ejemplo, los delfines están nadando tranquilamente en la entrada de la bahía y detectan a un intruso; inmediatamente señalizan este hecho al operador del centro de control situado en la costa. A continuación, tras recibir la orden correspondiente, pueden eliminar al enemigo por su propia cuenta, ya que cuentan con bozales especiales con un pico afilado”, explica Matishov a RBTH.
Además, los delfines también son entrenados para buscar torpedos, minas y otros tipos de munición sumergida a una profundidad de hasta 120 m.
El desarrollador de los misiles estratégicos Topol-M, Yars y Bulavá, Valentín Smírnov, explicó al corresponsal de RBTH que, en los años 80, durante una prueba del sistema de misiles anti-submarino Medvedka, los diseñadores perdieron uno de los torpedos. En lugar de salir a la superficie con todo su equipo telemétrico en la zona del supuesto objetivo, el torpedo se hundió.
Los buzos no lo encontraron entre los fragmentos de basura submarina en el fondo del polígono marino. Sin embargo, no se podía dejar un prototipo de nuevo diseño abandonado en el fondo del mar, porque los diseñadores debían rendir cuentas ante los militares. Entonces, uno de los marinos propuso llamar al oceanario.
En sus memorias, Smírnov explica que, en aquel momento, muchos se rieron de esta propuesta. Pero se encontraban en un callejón sin salida, así que los diseñadores decidieron arriesgarse. Su sorpresa fue mayúsucla cuando, en unos pocos minutos, el delfín encontró el torpedo hundido e incluso le colocó el cable para izarlo a la superficie.
Hasta ahora, el diseñador no entiende cómo el delfín logró hacer aquello.
Poco después se comenzó a entrenar a delfines para ser transportados en helicópteros, convirtiéndolos en auténticas fuerzas especiales que podían ser desplegadas en cualquier lugar para realizar misiones militares.
Pero el programa fue cancelado en 1991 tras la desintegración de la URSS.
Al principio, se apostó no solo por los delfines, sino también por las orcas, ya que estas cuentan con un sistema natural de ecolocalización muy sensible.
El mando de la flota planeaba colocar a las orcas como vigilantes en las entradas de las bahías. En caso de detectar un enemigo, las orcas debían señalizarlo a su adiestrador, quien a su vez debía sacar de las jaulas a las focas asesinas.
Fuente: Instituto Biológico Marino de Múrmansk.Pero la URSS no tenía instrumental que transmitiese la situación exacta del fondo del océano en tiempo real, y las orcas resultaron no ser aptas para prestar servicio en las aguas de la Flota del Norte. Los militares renunciaron a estas y se concentraron en las focas.
El entrenamiento de las focas (tanto comunes como anilladas y barbudas) se centra sobre todo en detectar minas y levantar objetos desde el fondo del mar. Según explica Matishov, solo hay que mostrarles el objeto buscado para que lo encuentren.
Fuente: Instituto Biológico Marino de Múrmansk.“También trabajan muy bien en cooperación con los buzos: como mínimo, pueden llevar y traer instrumental, y también defender a sus amos contra el ataque de saboteadores marinos”, añade el experto.
Matishov recuerda que, durante las primeras maniobras de la Flota del Norte en las que se pusieron en práctica medidas para contrarrestar el sabotaje con la participación de focas, sucedió un hecho curioso.
“Al equipo de saboteadores se le había asignado una misión: infiltrarse sin ser detectados en una base de submarinos y colocar minas en los buques. Pero no les advertimos de quién iba a actuar en su contra. Cuando los adiestradores abrieron las jaulas y las focas se dirigieron a la bahía, en cuestión de minutos, todos los saboteadores subieron a la superficie y huyeron nadando con todas sus fuerzas”, recuerda el diseñador de programas de entrenamiento de mamíferos marinos.
No obstante, el principal problema del adiestramiento de nuestros parientes marinos es el factor animal. “Siempre seguirán siendo animales salvajes. Y en el momento en que una foca salga a cazar o detecte a una hembra, nadie puede garantizar que el 'agente con aletas' vuelva a la base”, concluye el especialista.
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