Viajar a la región por la que discurre la famosa ruta de ciudades medievales del "Anillo de Oro" de Rusia es una gran opción tanto para el turismo cultural como para el gastronómico.
Este guiso se elabora con carne y una salsa espesa y rica, aunque también puede hacerse con pescado. El propio nombre “ushnoe” en ruso evoca asociaciones con la palabra ushi (“orejas” en español), pero, en realidad, procede de la palabra ujá -en el pasado, tanto las variantes de sopa de pescado como las de carne se llamaban así-.
Según la receta, las verduras (normalmente zanahorias y cebollas) y el cordero se fríen ligeramente con especias, luego se ponen en una olla y se guisan durante mucho tiempo a fuego lento, añadiendo agua hasta que la carne se vuelve blanda y tierna. Hay otra forma de conseguir esta suavidad: se sella la olla con una fina capa de masa por encima; de esta forma, el caldo no se evapora tan rápido.
El escudo de armas de Pereslavl-Zalessky representa dos peces riápushka. Antaño, el lago local de Pleshcheyevo era famoso por este manjar y, aunque ahora las capturas son limitadas, todavía se puede pedir en los cafés locales. La riápushka se suele freír, secar o ahumar, pero también son populares las recetas en adobo con verduras o en salsa de crema agria. En la orilla del lago hay un museo dedicado a la riápushka, con su delicado sabor y aroma a pepino.
La riápushka es un pez pequeño, de 13 a 35 centímetros de longitud de media. Al mismo tiempo, se le apoda el “arenque del zar”, porque se sirvió en la mesa de los zares rusos durante varios siglos. El escritor francés Alexandre Dumas, que visitó la zona, también lo mencionó con entusiasmo en una carta a su hijo.
Las cebollas de la ciudad de Rostov el Grande son un orgullo local. Tienen un sabor dulce y se conservan muy bien. No en vano, los lugareños han aprendido a utilizarlas no sólo para sopas y segundos platos, sino también para hacer mermelada de cebolla.
Para la mermelada, eligen cebollas dulces y rojas. Se cortan en rodajas y se guisan con especias, vino tinto y miel. La mermelada de cebolla combina bien con platos de carne, verduras, queso y vino.
Los encurtidos del pueblo de Viátskoye se conocen desde la segunda mitad del siglo XIX. En aquella época, los pequeños pepinos locales se suministraban a la mesa del zar. Son buenos tanto frescos como salados. Se pueden salar simplemente con ajo y eneldo o añadir hojas de grosella y roble para darles sabor. Antes se guisaban en leche con cebolla y ajo, pero, si esta combinación es más bien específica, parecen más apetitosas las empanadas locales hechas con masa de centeno y rellenas de pepinillos. Se pueden probar en muchas cafeterías locales.
La bebida de la región de Yaroslavl que recibe el nombre de dusheparka es un vino caliente preparado a base de miel, arándanos y especias. Como componente alcohólico es adecuado tanto la cerveza como el vino. La bebida se bebe caliente, para que “vaporice el alma” (dushu parit).
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